La Sinagoga de Jerusalén de Praga, testigo de un siglo azaroso

La Sinagoga de Jerusalén, foto: Anna Královcová

Trece sinagogas de distintas épocas y de distintos estilos arquitectónicos recuerdan en nuestros días la magnitud de la antigua comunidad judía en la capital checa. Si bien la más antigua de ellas es la sinagoga Vieja Nueva, la que más impresiona a los visitantes por su fachada colorida y sus interiores hermosos es la Sinagoga de Jerusalén ubicada en la calle del mismo nombre en el centro histórico de Praga. En esta edición de Radioviajes les invitamos a conocer este templo que recientemente abrió sus puertas para visitas nocturnas.

La Sinagoga de Jerusalén
A diferencia de muchos otros edificios religiosos pertenecientes a la comunidad judía de Praga, la Sinagoga de Jerusalén, fundada en 1906, tuvo mucha suerte. Sobrevivió a la ocupación nazi, al bombardeo norteamericano de la capital e incluso a los 40 años de comunismo.

Después de la Revolución de Terciopelo fue iniciada su restauración y pronto reapareció en todo su esplendor. Zuzana Pavlovská, directora del Departamento de Enseñanza y Cultura del Museo Judío de Praga, señala que el edificio, que pasó desapercibido durante los largos años del régimen comunista, sorprende a los transeúntes no solamente por su particular estilo arquitectónico, sino también por sus colores insólitos.

“Wilhelm Stiassny, el arquitecto que diseñó la sinagoga, mezcló dos estilos diferentes, el estilo morisco y el Art Nouveau. Para el público la fachada colorida del edificio es muy sorprendente ya que la combinación de colores rosa, verde y azul no es tan típica para la ciudad de Praga. No obstante, son los colores originales del edificio”.

Wilhelm Stiassny
La sinagoga de Jerusalén, fue construida para reemplazar otros templos que desaparecieron en el momento de la demolición del antiguo gueto judío. Este barrio pobre, situado a un lado de la Plaza de la Ciudad Vieja, representaba según la municipalidad un peligro tanto para sus habitantes como para los demás ciudadanos, explica Zuzana Pavlovská.

“En los antiguos documentos podemos leer que el barrio era muy desagradable, que había mucha gente pobre y mucha criminalidad, y que las condiciones higiénicas eran horribles. En realidad la situación no era tan catastrófica, pero la municipalidad quiso construir una nueva avenida representativa que se extendería a partir de la Plaza Wenceslao hasta la colina de Letná”.

La fachada,  foto: Anna Královcová
La construcción de la calle, conocida en la actualidad como la avenida de París, fue la razón principal para llevar a cabo la destrucción del antiguo barrio judío, donde en ese entonces ya no vivían muchos judíos, sin embargo se encontraban ahí la mayoría de los monumentos importantes de la comunidad.

Los judíos no estuvieron de acuerdo con la demolición y trataron de salvar al menos algunos de los edificios. Hasta nuestros días se conservaron cinco sinagogas, el edificio de la hermandad fúnebre y el antiguo cementerio. Sin embargo, tres importantes sinagogas desaparecieron a principios del siglo XX, señala Pavlovská.

“Las tres sinagogas destinadas a la destrucción fueron la Sinagoga Nueva, la Sinagoga del Gran Patio y la Sinagoga Zigeuner. Los fieles que acudían a esas sinagogas, entre ellos la familia de Franz Kafka, necesitaban un nuevo templo. Por esa razón, la comunidad judía creó en 1897 la Sociedad para el Levantamiento del Nuevo Templo y empezó a buscar un terreno adecuado”.

La iglesia de San Enrique
La Sociedad encontró un lugar apropiado en la calle de Jerusalén en la Ciudad Nueva. Mucha gente piensa que el nombre de la arteria se debe a la presencia del templo judío, pero en realidad llevaba este nombre desde antes y a los fieles judíos les hacía mucha ilusión construir la nueva sinagoga en este sitio, afirma Pavlovská.

“En la desembocadura de la calle de Jerusalén se encuentra la iglesia de San Enrique. A su lado había hace mucho tiempo una capilla funeraria llamada Capilla de Jerusalén. Esa capilla dio el nombre a la calle y, más tarde, también a la sinagoga”.

Tras comprar el terreno, la comunidad judía empezó a buscar un arquitecto que diseñara el edificio. Las primeras dos propuestas de los arquitectos checos Alois Richter y Josef Linhart que proyectaron la sinagoga en los estilos neorománico y neogótico, muy populares en su época, no fueron aprobadas.

Foto: Thomazzo / Creative Commons 3.0 Unported
Sin embargo, el tiempo iba pasando y la desaparición de los antiguos tres templos se acercaba. En 1903, la Sociedad para el Levantamiento del Nuevo Templo encargó el proyecto a Wilhelm Stiassny (1842-1910), famoso arquitecto vienés con rica experiencia en diseño de sinagogas quien optó por el estilo Art Nouveau en combinación con elementos moriscos. El diseño de la Sinagoga de Jerusalén fue una de las últimas obras de su vida y una de las más impresionantes, también.

La construcción fue ejecutada bajo el financiamiento de la sociedad en los años 1905-1906 por el constructor y arquitecto Alois Richter. Cien años después, los restauradores encontraron el Acta Final muy elaborada desde el punto de vista caligráfico, que testimonia la inauguración de la sinagoga, explica Zuzana Pavlovská.

El órgano,  foto: Anna Královcová
“El descubrimiento del Acta Final fue un acontecimiento inusual. El documento se encontraba detrás de la tabla de mármol en la que está escrito que la sinagoga fue inaugurada el 16 de septiembre de 1906, el día de la fiesta de Simchat Torah. En el acta están las firmas de todas las personas que contribuyeron en la construcción del templo”. La Sociedad para el Levantamiento del Nuevo Templo decidió celebrar con la apertura de la sinagoga el jubileo de los 50 años en el trono del emperador Francisco José I de Austria. Hasta la creación de la Checoslovaquia independiente en 1918, el templo fue conocido como la Sinagoga del Jubileo.

Arón Ha-Kodesh,  foto: Anna Královcová
La Sinagoga de Jerusalén fue diseñada para la comunidad judía ortodoxa, sin embargo, su interior es muy distinto de los templos tradicionales, sostiene Zuzana Pavlovská.

“Todas las sinagogas construidas después del siglo XIX tienen una disposición distinta a los templos tradicionales. La bima, es decir el podio donde se lee la Torah, ya no está ubicado en el medio, sino está junto al Arón Ha-Kodesh, el armario sagrado donde se coloca la Torah. Así se creó más espacio para acoger a todos los fieles de las tres sinagogas destruidas”.

Con la capacidad de unas 850 personas, la Sinagoga de Jerusalén es actualmente la más grande en Praga. Además de su tamaño, el templo sorprende también por la rica decoración de su interior. Las paredes de la sinagoga están adornadas con ornamentos orientales de distintos colores. El templo cuenta con dos galerías femeninas iluminadas por grandes vitrales con símbolos tradicionales judíos como la menora, el arpa o el pan ácimo. El tabernáculo dorado está decorado con el motivo típico de vides y culmina con las tablas de la ley. En la galería de mujeres se encuentra también un asombroso órgano.

Galería femenina,  foto: Anna Královcová
A los transeúntes que pasan por la calle de Jerusalén les impresiona la fachada colorida del templo con una maravillosa roseta con la Estrella de David. Los dos arcos encima de la entrada principal llevan inscritos dos versículos bíblicos, explica Zuzana Pavlovská.

“Se encuentra ahí el salmo 118 verso 20 que dice: “Esta es la puerta de Jehová, por ella entrarán todos los justos” y más abajo está un verso muy bonito de Malaquías: “¿No tenemos todos un mismo padre? No nos ha criado un mismo Dios?” lo que es una frase muy interesante para los que entran al templo”.

Foto: Anna Královcová
Tanto el interior como el exterior de la Sinagoga de Jerusalén sufrieron mucho durante el comunismo. Sin embargo, a diferencia de muchos otros templos judíos, se salvó de la destrucción total. A pesar de estar cerrada parcialmente, la sinagoga sirvió durante la época comunista para actos religiosos de la comunidad judía de Praga. En 1992, fue iniciada la amplia restauración del edificio que continúa todavía en la actualidad.

A pesar de que el edificio no forma parte del Museo Judío, abre sus puertas al público todos los días desde abril hasta octubre con excepción de las fiestas religiosas.

Vitrales con símbolos tradicionales. Foto: Anna Královcová
Con motivo de la instalación de un nuevo sistema de iluminación, la Sinagoga de Jerusalén inauguró visitas nocturnas que tienen lugar los primeros miércoles del mes y que permiten admirar su interior en un ambiente mágico. Además de las visitas guiadas se organizan exposiciones de arte y conciertos de órgano y de otros estilos musicales que acentúan la excelente acústica de esta sinagoga, la más grande de la capital checa y una de las más hermosas del mundo.

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