El palacio de Ctěnice y su relación con la Casa de Habsburgo

En las afueras de Praga, en el pueblo de Vinoř, se encuentra un palacio que lleva el nombre de Ctěnice. Su historia data del siglo XIII, pero de aquellos tiempos se han conservado hasta el presente sólo los fundamentos y los sótanos. El aspecto actual del inmueble de estilo barroco le fue plasmado a mediados del siglo XVIII.

El palacio de Ctěnice está situado en medio de campos y de un lado tiene un bosque, aunque se encuentra muy cerca del pueblo de Vinoř que es considerado parte de la capital checa. Llegar al lugar es fácil, ya que se puede ir en un bus municipal.

La historia del inmueble es bastante conmovedora. Además de haber servido como una mansión para varias familias de la burguesía y de la aristocracia, en los tiempos modernos fue aprovechado como sede de la Orden de las Vírgenes de Inglaterra, como fábrica de azúcar, granja agropecuaria y sanatorio para niños discapacitados mentalmente.

Por ello también, el palacio ha sido rodeado paulatinamente por varios otros edificios que han servido como caballeriza, granero y para otros fines.

Desde mediados de los años 90 el inmueble es administrado por la Agencia de Turismo de Praga, que con ayuda del Estado asumió su amplia reconstrucción.

Actualmente, los visitantes pueden conocer el palacio y la mayor parte de los edificios administrativos y el lugar se convirtió en un popular centro de recreo de los habitantes de Praga. En el palacio hay un pequeño hotel que ofrece alojamiento a los viajeros de lugares más apartados y hay allí también un restaurante y un puesto de comida rápida.

Trasladémonos ahora al pasado y dejemos a Jaroslava Nováková, de la Agencia de Turismo de Praga, que nos cuente sobre la historia de Ctěnice.

”En el medioevo había aquí un promontorio rocoso, sobre el que en el siglo XIII fue construido un fortín, aunque los primeros testimonios escritos sobre la obra datan del año 1372. El fortín fue propiedad del Monasterio de Strahov, en Praga, de la orden de los premonstratenses, lo que fue confirmado por un edicto del papa Gregorio X. A mediados del siglo XIV el edificio fue ampliado y reconstruido en estilo gótico y adquirió una torre. Hasta la actualidad se conservó parte de sus muros. También se conservaron los sótanos que son más antiguos todavía y datan del siglo XIII”.

El palacio de Ctěnice
En el siglo XIV el inmueble fue adquirido por unos burgueses de Praga, pero fue cambiando frecuentemente de propietarios. La burguesía utilizaba el lugar para descansar y también para promover allí labores agropecuarias.

A comienzos del siglo XVI compró el fortín de Ctěnice el aristócrata Václav Hrzán de Harasov y perteneció a esa familia largo tiempo. Los Hrzán mandaron a transformar el fortín en un palacio renacentista para estar más cómodos y lo decoraron con arcadas que daban al patio.

Por su encargo fueron construidos también otros edificios utilizados para la administración del palacio, y para que se alojen en ellos los sirvientes.

Más tarde el palacio fue adquirido por otros aristócratas, entre ellos la familia de Valenstein, la de los Losy de Losinhtal, de la provincia austriaca de Tirol, y los Windischgratz, quienes encargaron al arquitecto František Maxmilián Kañka otra reconstrucción del palacio, esta vez en estilo barroco.

Durante los trabajos fue reducida la torre de entrada y hacia ésta fue hecho un puente para un mejor acceso al palacio y que debió servir también como una obra de decoración, según dice Jaroslava Nováková, nuestra guía por Ctěnice.

”El fortín tenía originalmente una forma pentagonal que fue conservada también en la construcción del palacio de estilo barroco. Se han mantenido asimismo las arcadas renacentistas y esta mezcla de estilos le atribuye un aspecto muy interesante al inmueble. Desde el Renacimiento se ha conservado igualmente la amplitud del patio interior”.

A mediados de los años 90 del siglo pasado, en los interiores del edificio los restauradores descubrieron hermosas pinturas al fresco en los techos que datan de los siglos XVIII y XIX. En algunos salones fueron encontradas también pinturas murales del Renacimiento o sea, más antiguas todavía.

Estas pinturas han sido todas restauradas para que el palacio pueda recuperar el aspecto que tenía tras su última mayor reconstrucción en el siglo XVIII.

El palacio de Ctěnice fue visitado en varias ocasiones por representantes de la Casa Real de Habsburgo-Lorena. Por ello, cuando el inmueble fue entregado a mediados de los años 90 a la Agencia de Turismo, de Praga, se instaló en él una exposición sobre la historia de la dinastía de los Habsburgo, cuenta Jaroslava Nováková.

”La exposición documenta el período entre 1791 y 1914 y está dedicada a representantes de la dinastía de los Habsburgo, así como a los acontecimientos que han estado vinculados con esa familia y su época. Además de retratos, muebles, vajilla y vestimentas, se pueden apreciar aquí armas que fueron empleadas en los enfrentamientos bélicos, uniformes y blancos, con los que se enseñaba a disparar a los soldados. Hay aquí también cuadros con escenas de los combates, por ejemplo uno que muestra las luchas del año revolucionario de 1848 en las barricadas en Praga, junto al Puente Carlos, etc”.

Fernando V
Nováková recuerda que, desde el punto de vista histórico, uno de los períodos más interesantes fue el reinado del emperador Francisco José I Habsburgo. Pero el visitante puede familiarizarse en Ctěnice también con la figura de su antecesor Fernando V, que fue el último descendiente de esa dinastía real que se dejó coronar en Praga rey de Bohemia. Además de su retrato, la época de Fernando V la hacen recordar en Ctěnice hermosas vestimentas para damas, así como para varones.

En cambio Francisco José I nunca se dejó coronar en Bohemia, aunque gobernó estos territorios durante 68 años. Los checos lo amaban, pero otras veces lo odiaban, recalcó Jaroslava Nováková.

En Ctěnice hay varios retratos de Francisco José I de la época de su juventud, así como otros que lo muestran como un monarca de avanzada edad. Y hay allí igualmente un retrato de la actriz austriaca Catarina Schratt, amiga íntima del emperador.

Después de haber visto la exposición sobre los Habsburgo, recomendamos encaminarse al edificio del antiguo granero del palacio de Ctěnice, donde se encuentra instalada actualmente una muestra de carrozas históricas.

La muestra de carruajes contiene modelos que datan de entre los siglos XVIII y XX. Los vehículos provienen de las colecciones del Palacio Arzobispal de Praga, del Museo de Correos y del Museo Nacional Técnico, según señala Jaroslava Nováková.

“El más valioso es el que se encuentra situado junto a la entrada a la muestra. Se trata del llamado carruaje arzobispal dorado. Pero su estado no es muy bueno lamentablemente, por lo que a finales de otoño será devuelto a la Oficina del Palacio Arzobispal que quiere mandar a reconstruirlo. Lo mismo le espera a otros coches que se encuentran aquí”.

La muestra contiene igualmente pequeños carruajes para viajes cortos. Uno de ellos había sido usado de vez en cuando por Fernando I Habsburgo. Hay aquí también algunos antiguos coches de los servicios de correo que eran tirados por caballos. En la muestra se pueden ver igualmente libreas que usaban los conductores de las carrozas.

El carruaje arzobispal dorado proviene del año 1720 aproximadamente. Y, en especial a los amantes del cine podría interesarles que este coche fue utilizado durante el rodaje en Chequia de la espectacular película ‘Amadeus’, del director de cine Miloš Forman. Así que amigos, no vacilen en visitar el palacio de Ctěnice. Vale la pena.

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