Červená Lhota, un palacio sangriento

Červená Lhota

Situado en medio de un lago, Červená Lhota es uno de los palacios más románticos de la República Checa. Dominika Bernáthová les invita a conocer el ambiente único de este lugar, ubicado en Bohemia del Sur.

Červená Lhota | Foto: Dominika Bernáthová,  Radio Prague International

Červená Lhota,  foto: Dominika Bernáthová
Traducido al castellano como “pueblo rojo”, el nombre Červená Lhota se vincula con una leyenda sangrienta. La falta de devoción de una de sus inquilinas provocó que un diablo se la llevara al infierno. Antes de desaparecer, el secuestrador pintó con sangre una cruz en las paredes del palacio. No hubo otra manera de limpiarla que pintar la fachada del palacio de rojo. Este color poco usual para los edificios aristocráticos checos se ha conservado hasta la actualidad, formando parte de su nombre.

Según el administrador del castillo, Tomáš Horyna, el palacio construido probablemente en el siglo XIV como una fortaleza medieval, tiene más curiosidades.

“Lo más interesante es la ubicación del palacio. Está construido sobre una isla formada por un promontorio rocoso. Dentro de la roca hay unos sótanos entallados en piedra. Desde su construcción apenas han cambiado, conservando sus bóvedas góticas y renacentistas”.

Un asimétrico conglomerado de estilos

Inspirado en el barroco italiano, el propietario de la ciudad de Jindřichův Hradec, Vilém Slavata, convirtió el palacio en el siglo XVI en una residencia de verano. En la decoración de sus salas participaron importantes artistas de la época, como los maestros italianos Cometta y Tencalla.

El lugar más representativo era la Gran Sala. Tras su división, la decoración de estuco original se ha conservado solamente en el comedor. Los últimos dueños de la familia aristocrática Schönburg-Hartenstein realizaron dos remodelaciones del palacio: una en estilo pseudogótico y la segunda neorrenacentista. Después de la llegada del comunismo en 1948 y la confiscación de las propiedades, Červená Lhota se convirtió en un sanatorio infantil.

La exposición inaugurada a mediados del año 2018 dentro de los sótanos palaciegos retrata las diferentes caras del palacio a lo largo de los últimos siete siglos. No faltan artefactos arqueológicos. Para Tomáš Horyna, el desarrollo de la construcción en las diferentes épocas es realmente fascinante, según afirma.

El jardín inglés,  foto: Dominika Bernáthová
“Para ser un palacio más bien pequeño, la investigación de sus estilos arquitectónicos es toda una aventura, casi policíaca. Con el transcurso del tiempo, el palacio se fue extendiendo paulatinamente, pero nada de la edificación antigua se ha retirado. Resulta que Červená Lhota es un conglomerado de edificios de diferentes edades. Originalmente se encontraban aquí cuatro edificios góticos separados. Gracias a su conexión surgió un patio pintoresco”.

La conexión de los edificios es responsable de la asimetría del palacio, que se refleja especialmente en una posición desnivelada de las ventanas. Muchas irregularides se pueden observar también en el interior del palacio, afirma Tomáš Horyna.

“Los que pasean por la primera planta, se quedan sorprendidos por las diferentes alturas del techo. En un punto, el desnivel alcanza los 182 centímetros de diferencia. Las salas del edificio son relativamente modernas, con unas paredes hechas de corcho molido. En la buhardilla se encuentran recámaras infantiles y un pequeño teatro para treinta personas que construimos en 2010”.

Un lago de fiestas

A partir de 2018, los visitantes pueden pasear por primera vez también por el jardín inglés situado en la roca. Originalmente, la roca estaba rodeada de un arroyo. La obstrucción del valle elevó el nivel de agua, dando origen al lago actual. Es un elemento romántico, pero la presencia del agua tiene sus desventajas, reconoce Tomáš Horyna.

El lago de Červená Lhota,  foto: Dominika Bernáthová
“Desde el punto de vista estético, la idea de rodear el palacio de agua fue genial, pero algo loca en cuanto a lo práctico. El palacio está hecho de piedra y siempre está bañado en agua. Resulta que dentro hace mucho frío durante aproximadamente siete meses, es como estar en un frigorífico”.

Con la llegada del verano, todo cambia y el lago funciona como un lugar de diversión. El castillo cuenta con su propio embarcadero para chalanas disponibles para los visitantes, quienes pueden disfrutar el ambiente romántico u observar la asimetría del castillo.

“Creemos que el embarcadero existía aquí ya en la época barroca. En las chalanas se festejaba, se subían en ellas músicos con sus bandas, se hacían diversas celebraciones. Desde el embarcadero se entraba también en el agua para bañarse”.

El palacio presume de un extenso parque en cuyo montículo se alza la Capilla de la Santísima Trinidad. El santuario renacentista está decorado con pinturas originales de la época y su techo de madera representa el Jerusalén Celeste. El ambiente único de Červená Lhota atrae anualmente a numerosos turistas, convirtiéndolo en uno de los palacios más visitados de Bohemia del Sur.

Una fuente maravillosa

Červená Lhota,  foto: Dominika Bernáthová
En las proximidades de Červená Lhota se encuentra el municipio de Deštná, conocido por su fuente maravillosa. Según la leyenda, la viuda Kateřina sufría dolores de cabeza cuando, de repente, vio a un anciano con un niño rezando. En el lugar, donde el anciano tocó con su frente la tierra, brotó una fuente. La señora se lavó la cabeza con el agua y el dolor paró.

Posteriormente, el agua curó a muchos enfermos y el lugar atrajo a numerosos peregrinos. En el siglo XVII fue construido en Deštná el tercer balneario más importante del territorio checo.

Mientras que los balnearios de Karlovy Vary y de Teplice se han conservado hasta la actualidad, del de Deštná solo queda una placa conmemorativa, ya que en 1910 fue destruido por un incendio. Ahora, el municipio de Deštná atrae a los visitantes con su Museo de Aviación, que ofrece una mirada a la historia de este fenómeno.

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