La mexicana que tuvo que viajar a Chequia para conocer el silencio

Sandra Karina Romo

La mexicana Sandra Karina Romo, periodista y seguidora de Radio Praga, pasó de visita por Chequia, donde, además de visitar el edificio de la Radiodifusión Checa, dice que ha descubierto su fascinación por el silencio. De sonidos que desaparecen, de programas de radio que curan y de personas con espíritu de superación habló esta viajera antes de volverse a su ruidosa y querida Aguas Calientes.

Sandra Karina Romo
Sandra Karina Romo tiene una sensibilidad especial para los sonidos. O al menos una gran curiosidad. Como si fuera la deformación profesional de una periodista apasionada por la radio, si se le pregunta a esta mexicana por su viaje por la República Checa, en vez de destacar lo visual, como haría la mayoría, o la cerveza y el gulash, como haría otra buena parte, Sandra destaca la sutileza de sus sonidos e incluso la ausencia de ellos.

“Estuve en Český Krumlov una semana, y ahí fue cuando yo dije: ‘Guau, ¡el silencio! Yo sólo escuchaba los pájaros, para mí fue mágico, fue como descansar. Yo no lo podía creer. Salí de las calles y caminaba y no había un solo sonido de música, en ningún restaurante, en ninguna tienda, en ningún carro. Afortunadamente ningún carro con la música a todo volumen que hasta retumban las bocinas”.

Sandra Karina Romo
Sí, la República Checa tiene un silencio embaucador, adictivo. Pero que a un viajero sea el silencio lo que le sorprenda seguramente quiere decir algo del lugar de donde procedes, explica Sandra.

“Yo ahora que ando haciendo aquí el viaje me di cuenta de que somos muy ruidosos nosotros, o sea donde quiera hay música en los coches, en los camiones, en las tiendas, en los restaurantes, y si a eso le agregas los vendedores ambulantes, los músicos en la calle. Sí, son demasiados. Y hay sonidos que están en peligro de extinción. Por ejemplo, los de las marimbas que ya muy poco los puedes escuchar”.

Foto ilustrativa
Los sonidos que desaparecen es una preocupación de esta periodista de iniciativas originales, a la que se le ocurrió guardar todo ese patrimonio histórico, que algún día será pieza de museo como si fueran trilobites, piensa. Por eso estuvo grabando a su ciudad durante un año entero.

“Ese proyecto se llama ‘Aguas Calientes, Cuatro Estaciones Sonoras’ y es un proyecto para recuperar el patrimonio intangible de la ciudad, en este caso serían los sonidos. Es un proyecto que se hizo durante todo el 2009. Iba yo grabando los sonidos de todo, sobre todo los vendedores ambulantes, la música que hay en las calles, nada fue grabado fuera, todo es de lo que se escucha en las calles”.

Sandra Karina Romo
Los programas de radio de Sandra no son menos originales que sus grabaciones callejeras. Sandra se esfuerza por cumplir en los espacios que prepara una importante función social, explica.

“Trabajo como freelance. Ya llevo 11 años trabajando de forma independiente en mis proyectos. Por lo general son proyectos sociales, trabajo mucho con gente en zonas vulnerables, ya sea niños, o acabo de terminar un proyecto con jóvenes sobre cultura de paz, por toda la situación que está pasando en México. Ahora estamos apostando mucho en estos tipos de proyecto, o sea, hacer que los jóvenes por medio de la radio también se puedan expresar en temas de cultura de paz”.

‘La Esquina Radio’  (Foto: Archivo de la Esquina Radio)
En otro de sus programas dedicaba cada edición a un grupo específico de personas en apuros.

“Hice un proyecto que para mí fue muy importante, que se llamó ‘La Esquina Radio’ y fue trabajar, a veces con adultos, a veces con niños, en situación también vulnerable, por ejemplo con ciegos, mujeres en prisión, niños de la calle, adictos en rehabilitación y uno, al que yo le tengo mucho cariño, es con sordos, porque hacer radio con sordos es complicado”.

Pero cuando hay motivación, todo es posible.

‘La Esquina Radio’  (Foto: Archivo de la Esquina Radio)
“Se entusiasmaban mucho al emitir los sonidos. Empezamos a hacer efectos de sonido, y yo les explicaba, o trataba de explicarles, la importancia de los efectos de sonido en una producción. Muy interesados después ellos llevaban su material porque querían hacer cierto sonido. Entonces yo ahí ya estaba completamente emocionada. Trajeron sus botellitas o su arenita. Pero en especial querían hacer el viento con la botellita, y ya después me di cuenta de la facilidad que tenían para actuar”.

Es natural la pasión con la que Sandra Karina Romo comparte estas experiencias, sabedora del valor que tienen sus programas de radio.

“Es maravilloso. Por ejemplo con los adictos en rehabilitación, me platicaba el psicólogo que estaba ahí, que el día que les tocaba el taller de radio, ellos estaban súper bien, y que se emocionaban, vamos, que querían incluso bañarse. Por la depresión están que no se quieren duchar, pero ellos ese día estaban muy puntuales. El psicólogo me decía que ese día estaban todo el día contentos. En el taller con los sordos había una niña. Ella llevaba dos años con esa maestra y decía que era la primera vez que la veía sonreír. Con las mujeres en prisión, imagínate el contacto que ellos puedan tener para mandarles saludos a los hijos que hace mucho que no ven, o a la familia. Los ciegos, por ejemplo, yo con ese proyecto voy a confesar que cuando lo estaba editando, yo estaba llorando, porque ellos quisieron grabar sus historias, como quedaron ciegos, muy doloroso”.

Sandra Karina Romo
La radio en todos estos casos fue una terapia, y en otros directamente una curación.

“Ves como la radio puede transformar la vida de alguien. Un niño que tenía serios problemas de violencia, tenía problemas de lenguaje, el día que grabó y le aplaudieron, después ya no hubo poder humano que le quitara el micrófono. Y no le importaba ya su problema de lenguaje, por eso era muy agresivo ese niño, porque se burlaban mucho de él y cuando entró en ese grupo y le aplaudieron, fue maravilloso. El maestro del salón, eran niños de 9 años, me decía que a ese niño la radio le transformó la vida”.

Y no solo a él. La radio también transformó indudablemente la vida de la propia Sandra Karina Romo, como a todos los que trabajan en este medio insustituible.

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