50 años, toda una vida al lado de Radio Praga

Como sometido por el embrujo de un encantador de serpientes quedó embelesado a sus 13 años por la música típica de Bohemia que llegaba a sus oídos a través de las ondas de Radio Praga. Desde entonces, Ernesto Anfrus lleva 50 años como fiel oyente de nuestra emisora.

Cuando sonó el teléfono en la redacción ninguno esperabamos tener semejante noticia: un oyente español se encontraba en Praga y estaba interesado en conocer a nuestro equipo. Al día siguiente, Ernesto Anfrus paseaba por nuestras instalaciones mientras nos contaba orgulloso como había conocido Radio Praga cuando sólo tenía 13 años.

“Conocí cuando tenía unos 13 años. Entonces sólo oía la música muy bonita, la de viento, la música típica de Bohemia y no sabía de qué país era porque era un niño casi; y escuchando, escuchando, un día oí que decían Radio Praga”.

Nadie en su familia escuchaba nuestra emisora y nadie más tenía esa gran afición por la música checa, pero eso no le importó. Ernesto siguió al lado de nuestras ondas hasta el día de hoy pese a los cambios, aunque actualmente ya no se pueda escuchar tanta música de la que a él tanto le gusta. Es tanta la pasión que siente por ella que en ocasiones le hace despertarse a las cuatro de la madrugada.

“La emisora sigue muy igual que antes pero la única cosa, que antes ponían la música auténtica, típica de Bohemia y ahora casi no; nunca, nunca ponen, a parte de las cuatro de la madrugada durante media hora; y me gusta tanto que muchos días pongo el despertador”.

Y es que aunque ya no pueda escuchar tan a menudo su música favorita a Ernesto le sigue gustando Radio Praga porque, según él, es una emisora diferente y única.

“Es una emisora muy diferente por lo que narran ustedes como Radio Viajes como esto... Legados del Pasado. Están bien grabados..., bueno, tan bien narrados que son únicos”.

Freddy Valverde y Ernesto Anfrus
Como única considera, también, a la ciudad de Praga. Durante su vida la ha visitado hasta unas 15 veces y nos explica que no se puede comparar con nada; su magia, su gente, sus costumbres... Sea lo que sea, a Ernesto lo tiene totalmente cautivado.

“Yo ya venía a Praga cuando aquí decían que era el infierno del comunismo, como turista, porque es una ciudad que no hay..., no se puede comparar en ninguna del mundo. No se puede comparar la magia que tiene, lo que son los checos y... bueno, y la música especialmente, las costumbres y todo”.

Y cautivados quedamos nosotros con él. Por su saber estar, por su alegría y por la sonrisa que se le forja en la cara cada vez que tiene que hablar de Radio Praga. Sonriente y emocionado se despedía así de nosotros...

“Que dure muchos años, que ustedes han sido muy amables, me han tratado como un rey o mejor y no sé como agradecerlo. Y mira, que continúen y que por muchos años vayan emitiendo en español”.

Mientras se marchaba exclamaba que había sido un regalo, después de tanto tiempo, poder conocer los estudios de Radio Praga. El regalo fue para nosotros, poder contagiarnos de su energía y poder hacer realidad uno de sus sueños.

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