Pavel Hlava - maestro del arte vidriero moderno checo

hlava_pavel_sklo.jpg

Un importante papel en el arte vidriero moderno europeo y mundial, posterior a la Segunda Guerra Mundial, lo desempeñaron artistas de la República Checa. La tradición vidriera en este país data de la Edad Media, pero, además de la tradición, mucho se debe al amplio talento e invención de los artistas locales. Uno de los más destacados representantes del arte vidriero moderno checo fue Pavel Hlava.

Pavel Hlava sentó las bases de una nueva orientación del arte vidriero checo y mundial. El vidrio, además de ser aprovechado para la fabricación de objetos de uso cotidiano, comenzó a ser concebido también como material para la creación de obras artísticas. El significado práctico pasó a segundo plano, acentuándose el punto de vista estético.

Hlava nació el 25 de junio de 1924 en la ciudad de Semily, en el norte de Bohemia. La zona se caracterizaba por una larga tradición en la producción textil a la que también fue fiel la familia Hlava. Pero Pavel optó por otra profesión. A sus catorce años de edad decidió ingresar en una escuela vidriera. La industria del vidrio en aquél entonces iba extendiéndose por la zona y ante el joven artista se abrían nuevas perspectivas.

En los años cuarenta finalizó los estudios en la Escuela Superior de Artes y Oficios, en Praga, especializándose, naturalmente, en el arte vidriero, que le cautivó para siempre.

En el comienzo de su carrera profesional, Pavel Hlava se dedicó al vidrio tallado, produciendo hermosos floreros, jaras y otros recipientes. Poco a poco fue experimentando con otras técnicas vidrieras. Se empeñó por plasmarle al vidrio nuevas formas y contenido, aprovechándolo también como material de base para la creación de obras artísticas. Sus trabajos eran recibidos con entusiasmo también en el extranjero y a finales de los años sesenta le abrieron el camino para desempeñarse como pedagogo en el Colegio Real de Artes, de Londres.

La creatividad de Hlava era admirable y no tenía límites. En los años setenta abandonó por un tiempo la creación artística individual, dedicándose a diseñar objetos de vidrio de uso cotidiano para la producción fabril en serie.

Sus juegos de copas Gina, Isabella, Romy y otras, causaron un verdadero impacto en el país por su delicadeza y su elegante forma moderna que las distinguía entre los vasos de vidrio grueso utilizados en los hogares checos hasta ese entonces. Muchas familias, al igual que restaurantes en la República Checa utilizan hasta hoy las elegantes y simples copas diseñadas por Pavel Hlava.

Especial atención merecen los trabajos de Hlava de la década del ochenta, cuando el artista se decidió por el camino de la creación de obras plásticas de vidrio. En su trabajo aprovechaba diversas técnicas, por ejemplo, cortaba mayores piezas de vidrio en pequeños trozos, éstos los pegaba y luego introducía en ellos finas chapas doradas y plateadas a modo de decoración.

De ese período datan varias obras decorativas que a le vez sirven como fuentes de iluminación, que han sido realizadas para varios teatros de Praga y para el foyer del hotel Hilton, en la capital checa. Son obras inspiradas en la naturaleza y su colorido, que fue la mayor fuente de inspiración para el maestro vidriero checo.

La fama de Hlava superó pronto la frontera y el artista se hizo acreedor de numerosos premios internacionales. El país que, no obstante, conquistó su corazón fue Japón. El artista lo visitó un sinnúmero de veces. En Japón, en el Museo del Vidrio en la ciudad de Koganezaki se encuentra instalada la obra monumental de Pavel Hlava.

Se trata de una escultura de vidrio de cinco metros de altura en forma de una flor de loto. Fue necesario transportar la obra a Japón por partes, pero el esfuerzo fue coronado por el éxito. La admiración y el gran aprecio de los japoneses hacia el artista checo dio origen al surgimiento del premio Pavel Hlava que en el Japón se concede regularmente a los mejores representantes del arte vidriero.

En febrero de 2003 Pavel Hlava abandonó este mundo. Su obra, no obstante, sigue presente, constituyendo una gran fuente de inspiración para nuevas generaciones de artistas vidrieros de la República Checa y de otros países.