Fernando Maximiliano Brokoff - gigante de la escultura barroca checa

Moro del palacio Morzin (Foto: autor)

En la presente edición de "Personalidades checas" les ofrecemos el perfil del escultor Fernando Maximiliano Brokoff, uno de los protagonistas del barroco checo.

Grupo escultórico "del Turco"  (Foto: autor)
Quienes visitan Praga se topan con muchas de sus estatuas al recorrer el casco histórico de la ciudad y el Puente de Carlos. Están en las iglesias, en los portales de los palacios o al aire libre. Y cada una testimonia la maestría de su autor: Fernando Maximiliano Brokoff, un gigante de la escultura del barroco culminante checo.

Las artes plásticas se hallaban bien arraigadas en la familia de los Brokoff. El padre de Fernando, Juan Brokoff, que era también escultor y tallista, fundó el famoso taller escultórico en Praga. Oriundo de Eslovaquia y luterano fanático, se mudó a finales del siglo XVII a Praga.

Ángel checo - autorretrato de F.M.Brokoff  (Foto: autor)
Juan Brokoff talló el modelo original de madera para la famosa estatua de San Juan Nepomuceno del Puente de Carlos. Se dice que hasta se convirtió al catolicismo, cuando trabajaba en la estatua, conmovido por la historia del santo.

Juan Brokoff tenía dos hijos, el mayor, Miguel Juan José, y el menor, Fernando Maximiliano. Las estatuas de Miguel Juan Brokoff representan un eslabón entre la obra de su padre y de su hermano Fernando Maximiliano.

El mayor de los hermanos Brokoff creó muchas obras fuera y dentro de Praga. En la creación de varias de las estatuas del Puente de Carlos, trabajó conjuntamente con su hermano menor. Tras la muerte de su padre, Miguel Juan Brokoff estuvo durante un corto período al frente del taller familiar.

El más joven de los escultores Brokoff, Fernando Maximiliano, fue el que mayor fama adquirió en la familia. Sus inicios corresponden al reinado del rey José I, un monarca que toleraba otras religiones, razón por la cual Praga vivió varios años de libertad de culto, lo que favorecía también a los artistas no católicos.

Moro del palacio Morzin  (Foto: autor)
Fernando Maximiliano Brokoff aprendió el arte escultórico de su padre y de otros escultores praguenses. En Viena llegó a conocer la obra de grandes maestros italianos. Al regresar a Praga, encabezó el taller de su familia.

El Puente de Carlos, la más famosa galería de estatuas checas al aire libre, fue una buena oportunidad para que Fernando Maximiliano Brokoff exhibiera su habilidades artísticas. En los grupos escultóricos se observan rasgos típicos de la obra de ese escultor: el dinamismo de las figuras, la gravedad y hasta la melancolía de sus semblantes y el instinto de composición.

Fernando Maximiliano talló para el Puente de Carlos dos estatuas de los generales jesuitas españoles Francisco Javier y Francisco Borja. El grupo escultórico del fundador de la orden jesuita, Ignacio de Loyola, fue gravemente dañado por las inundaciones del siglo XIX y no se renovó más.

San Vicente Ferrer y San Procopio  (Foto: autor)
Otro santo de origen español, tallado por Brokoff para el Puente de Carlos, es Vicente Ferrer, quien forma parte del grupo escultórico junto al patrono checo, San Procopio. Fernando Maximiliano es también autor del grupo escultórico más famoso del puente, el de los padres trinitarios y el turco que vigila a los prisioneros cristianos.

La obra de Brokoff alcanzó su momento culminante alrededor del año 1715, cuando creó la tumba del noble checo Venceslao Vratislav de Mitrovice, situada en la Iglesia de Santiago apóstol en la Ciudad Vieja y las estatuas de dos moros del portal del Palacio Morzin en la Ciudad Pequeña. En el mismo barrio de Praga se encuentra la columna votiva de Juan Bautista y los tres ángeles. El ángel checo es el autorretrato de Fernando Maximiliano Brokoff.

San Huberto con el ciervo  (Foto: autor)
En la misma época en que Brokoff talló sus obras en el Reino Checo, su rival más destacado, Matías Bernardo Braun introdujo en el estilo de las esculturas checas otros elementos artísticos. Esa suerte de "duelo" profesional entre ambos escultores originó un sinnúmero de excelentes obras de arte.

Fernando Maximiliano Brokoff administró el taller familiar tras la muerte temprana de su hermano Miguel Juan. Sin embargo, largos años de trabajo frenético con la piedra arenisca afectaron la salud del artista. Fernando Maxmiliano Brokoff, murió en 1731 de tisis pulmonar, a sus 43 años.

Autor: Jaroslav Smrz
palabra clave:
audio