“Notaba que algo faltaba en Chequia… no había camisetas del Che”

Ramiro Guevara y la primera foto de su hermano mayor Ernesto Che Guevara, foto: David Koubek, ČRo

En la República Checa apenas se puede encontrar alguna camiseta con el popular rostro del Che Guevara, sin embargo es el lugar donde el comandante, alojado en secreto, escribió algunas de las páginas más interesantes de su vida, según nos cuenta su hermano menor, Ramiro Guevara, entre otras muchas cosas.

Ernesto Che Guevara,  foto: YouTube
Pocos personajes del siglo XX son tan icónicos como Ernesto Che Guevara. Para unos símbolo de la lucha por la libertad y contra las injusticias sociales, para otros promotor de los movimientos guerrilleros y la violencia política en América Latina durante la Guerra Fría. La principal institución dedicada a difundir su legado y el conocimiento sobre su persona es el Instituto de Estudios Latinoamericanos Che Guevara, radicado en Rosario, Argentina, y dirigido por su hermano menor, Ramiro Guevara.

Ramiro es el menor de los tres hijos que el padre del Che, Ernesto Guevara Lynch, tuvo con su segunda esposa, Ana María Erra, y nació ocho años después de que su medio hermano fuera ejecutado por el ejército boliviano. Nació en Cuba, adonde su familia se exilió en 1974 tras ser amenazada por el grupo terrorista Triple A, y se estableció en Rosario en 2008, casualmente en la ciudad de nacimiento del Che, por motivos sentimentales.

De esta manera, Ramiro comparte con su hermano mayor la misma conciencia de argentinidad combinada con su etapa cubana y una pretensión universalista, cuenta en entrevista para la Radiodifusión Checa.

Ramiro Guevara y la primera foto de su hermano mayor Ernesto Che Guevara,  foto: David Koubek,  ČRo
“Si uno ve las fotos, parte de sus escritos y algunas cosas, se da cuenta de que a pesar de que el Che se hace en Cuba, seguía manteniendo muchas cuestiones vinculadas con Argentina, en costumbres, etc. Y además termina peleando en Bolivia, que es muy cerca de Argentina y pensando en un futuro en poder entrar a Argentina, donde incluso tenían ya preparada una guerrilla, que fue la guerrilla de Masetti. Nunca dejó de pensar en Argentina como su país natal. Si lees los escritos, era uno de los pocos hombres de la historia con un pensamiento tan integrador, mundial, latinoamericano, tercermundista, con un pensamiento muy amplio. Por eso es difícil el tema de la identidad, porque la identidad te marca límites, fronteras”.

Ernesto Che Guevara,  foto: ČT24
Aunque como decía su padre, “el Che es el Che y nosotros somos nosotros”, resulta indudable que la vinculación con el guerrillero en plena Cuba, donde es considerado héroe de la revolución, marcó poderosamente a Ramiro Guevara y su dirección en la vida. Licenciado en geografía, sus intereses pronto dieron pie a la fundación del centro dedicado al legado político e ideológico de su hermano.

“En los años que vivió mi padre mi casa siempre fue un lugar de encuentro de todas las personas que venían a conocer sobre la historia y la vida del Che. Cuando era niño yo empecé a escuchar todo eso, y siempre me interesó la política, así que siempre estuve pendiente de todos los fenómenos políticos, no solo de Cuba, sino mundiales y latinoamericanos. Además tenía a mano mucha información sobre la vida del Che que otras personas quizás no, y sobre todo poder conocer gente que estuvo con él, todo eso hace que uno se interese más. Además siempre lo vivimos como uno más de la familia: no era algo ajeno, era el hermano mayor”.

Un país sin camisetas del Che

El Che Guevara es uno de los pocos personajes históricos que han trascendido su consideración de héroes o villanos para pasar a convertirse en un icono pop, un rostro, el inmortalizado por el fotógrafo Alberto Korda, que podemos encontrar en tazas, toallas o camisetas. El luchador contra el capitalismo se ve así trivializado y convertido en un producto de mercado. Esta aparente contradicción es vista sin embargo con ojos benevolentes por Ramiro Guevara.

Foto: CC BY 2.0
“Parecería una contradicción en sí mismo, si el Che volviera a vivir y verse siendo una mercancía. Por lo general son pequeños emprendimientos, artesanías y cosas así que en definitiva están mostrando la imagen de alguien, y es importante que esa persona que lo compre evidentemente en algún momento va a tener que preguntarse a quién lleva. Y eso me parece que está bueno, porque es una de las formas en las que, sin querer, a veces, el mismo mercado mueve no solo la figura sino que también va moviendo los ideales”.

La omnipresencia del rostro del Che entre los productos alternativos o de carácter contestatario lleva a Ramiro Guevara a volver mentalmente a la República Checa.

“Me di cuenta de que algo faltaba, sobre todo cuando entrabas a una tienda de suvenires, o posters… Uno nunca se da cuenta, pero cuando viajas en todos lados alguna imagen hay. Y en la República Checa me llama la atención que en un solo lugar encontré algo. Pero solo me di cuenta después, notando que faltaba algo”.

Ernesto Che Guevara,  foto: YouTube
De hecho la figura de este carismático comunista en la sociedad checa no es tan inocua como en Europa occidental. Llevar en público la efigie del Che implicaría automáticamente verse identificado con el régimen comunista que gobernó Checoslovaquia durante más de 50 años y del que la mayoría de la población tiene una opinión más bien negativa.

La relación entre los checos y el Che no fue siempre tan reticente. Poco después de finalizada la Revolución Cubana, Ernesto Che Guevara, en calidad de ministro de Industria cubano y presidente de su banco central, visitó Checoslovaquia para recabar ayuda financiera y tecnológica.

Su estancia checoslovaca más interesante, por lo misteriosa, es sin embargo posterior, y tuvo lugar entre marzo y julio de 1966, después de su campaña guerrillera en África, cuando se encontraba aquejado de disentería y asma y necesitaba reponerse físicamente antes de volver a Cuba.

Ramiro Guevara,  foto: David Koubek,  ČRo
“No se conoce mucho, eso es real, porque tampoco hizo mucho en cuanto a movilidad. Estaba escondido, no se conocía que estaba ahí, por tanto no se podía hacer visita oficial ni podía mostrarse. Sí se sabe que fueron meses muy productivos, ya que escribe mucho. Se dedica a dejar sobre papel la experiencia africana, la escribe ahí. Y después todos unos estudios que salen a la luz no hace mucho sobre pensamiento económico y sobre lo que él pensaba de los famosos manuales marxistas-leninistas soviéticos, que él decía que eran casi como la Biblia y que el Che era muy crítico con ellos, por el tema dogmático. Es paradójico que escriba en la República Checa algunas de las cosas más interesantes de su vida, aquí donde después no hay ni una remera”.

Durante sus meses en Checoslovaquia, el Che estuvo residiendo en una casa en las afueras de Praga perteneciente a los servicios secretos. Se sabe que iba acompañado de cubanos, y que recibió visitas de checos, pero nada se sabe de con quién habló y de si recibió o no a representantes políticos checoslovacos o soviéticos.

A continuación marchó a Cuba para una breve estancia antes de desplazarse a Bolivia para dirigir un movimiento guerrillero local. Allí en octubre de 1967 fue capturado por el ejército boliviano y ejecutado sumariamente.

La revolución por las armas

Ernesto Che Guevara,   Fidel Castro y el presidente cubano,  Osvaldo Dorticos  (1960),  foto: ČTK
Ernesto Che Guevara formó parte del círculo más cercano a Fidel Castro durante la lucha guerrillera contra el régimen de Fulgencio Batista y tras el triunfo de la revolución se convirtió en uno de sus colaboradores más estrechos, convirtiéndose en ministro y director del Banco Central. Fue también, como comunista convencido, uno de los responsables de que el gobierno revolucionario abandonara al cabo de un año sus pretensiones democráticas, purgara a sus elementos no comunistas e instaurara en el país un régimen totalitario con apoyo de la Unión Soviética.

Fue además cabeza pensante y brazo ejecutor de la política cubana de fundar y apoyar movimientos guerrilleros en toda Latinoamérica para, en el marco de la Guerra Fría, hacer surgir nuevos regímenes afines al bloque socialista.