Los proyectos nunca realizados en la exposición checo-austríaca

Museo Regional de Český Krumlov, foto: archivo del Museo Regional de Č.K.

La primera Exposición Regional en la historia de la República Checa y Austria une cuatro ciudades de Bohemia del Sur y de Alta Austria. En el Museo Regional de la ciudad de Český Krumlov tiene lugar uno de los eventos de esta exposición que presenta al público varios proyectos más o menos atrevidos o grandiosos que, por varios motivos, nunca fueron realizados.

Museo Regional de Český Krumlov,  foto: archivo del Museo Regional de Č.K.
La joya de Bohemia del Sur, la ciudad de Český Krumlov, es una de las cuatro ciudades checas y austríacas donde se celebra la primera Exposición Regional en la historia moderna de ambos países. Se trata de un proyecto que presenta al público la vida social, los tesoros artísticos, la economía y el desarrollo de la zona fronteriza desde la época medieval hasta el siglo XX. En el Museo Regional de Český Krumlov han preparado la exposición (“Qué habría pasado si…”), que trata de lo que podría haber sucedido y qué aspecto podría tener la arquitectura y el paisaje en caso de que se hubieran realizado los proyectos planificados. Muchas de estas ideas eran muy atrevidas y nosotros, en el programa de hoy, les acercamos algunos de los planes que pudieron influir la historia y las relaciones checo-austríacas.

 Filip Lýsek,  foto: Zdeňka Kuchyňová
Los checos en el pasado tenían acceso libre al mar, concretamente al Mar Adriático, bajo el reinado de Otokar II de Bohemia en el siglo XIII, y posteriormente durante su pertenencia al Imperio Austrohúngaro pero con su independencia en 1918 lo perdieron para siempre. Uno de los proyectos no efectuados, que se presenta en la Exposición en el Museo Regional de Český Krumlov, es la construcción del túnel Adria. Se trataba de un túnel ferroviario que debía unir Bohemia del Sur con la ciudad costera de Koper, hoy en Eslovenia. Si se hubiera realizado su construcción, los checos habrían podido llegar en tren a la costa en menos de cuatro horas, según explica Filip Lýsek, director del Museo Regional de Český Krumlov.

“El plan era unir Chequia con la Costa Adriática con un túnel de 345 km con solo dos paradas colocadas en el exterior. La primera en la ciudad de Linz y la segunda en la ciudad de Klagenfurt, en el sur de Austria. La línea ferroviaria habría pasado por debajo del macizo alpino con destino al puerto de Koper, en la Eslovenia actual“.

Proyecto del túnel Adria,  foto: Zdeňka Kuchyňová
El proyecto fue diseñado por la empresa Pragoprojekt en 1979. Los arquitectos calculaban que las obras durarían unos 30 años, lo que significa que la inauguración se habría podido celebrar aproximadamente en la década 2010 - 2020. Sin embargo, la obra monumental del túnel Adria nunca fue construida por los gastos excesivos que habría costado su realización.

“La construcción habría costado casi once mil millones de euros en la moneda de la época, lo que representaba seis veces el presupuesto nacional. Según los análisis, el proyecto habría sido mantenible sin inyecciones financieras durante los primeros 60 años pero luego tendría que haber pasado por una renovación. Además, la amortización fue establecida para después de 90 años, por lo que al final no se realizó“.

Proyecto del túnel Adria,  foto: Zdeňka Kuchyňová
Otro medio de transporte que aspiraba a tener éxito y que al final fracasó fue la bicicleta aerodinámica, conocida como J-Rad. Su constructor, Paul Jaray fue un ingeniero austrohúngaro muy talentoso de la primera mitad del siglo XX que por ejemplo diseñó los primeros dirigibles para el famoso Zeppelin. En 1921 presentó una bicicleta impulsada por cuerdas, en vez de hacerlo por cadenas, con dos palas que facilitaban superar desniveles. En el Museo Regional de Český Krumlov podemos encontrar un ejemplar restaurado, no obstante, según las palabras de Filip Lýsek, no se trata de un vehículo muy seguro.

“Puesto que se refiere a un proyecto nunca realizado, no puedo recomendar montar esta bicicleta. Medio año después de su lanzamiento al mercado hubo tres lesiones mortales, lo que causó su retirada. No fue culpa de Paul Jaray sino más bien de la tecnología aplicada en aquella época. El fabricante subestimó la calidad de los materiales usados y sobre todo quería aumentar los beneficios y bajar los costes. Los marcos de las bicicletas se rompían y tampoco era fácil mantener el equilibrio. En todo el mundo se han conservado 60 ejemplares de la J-Rad y en nuestro museo tenemos uno de ellos“.

J-Rad,  foto: Zdeňka Kuchyňová
También el transporte fluvial pudo haber pasado por una gran renovación a lo largo de la historia. En la época del rey Carlos IV, o sea en el siglo XIV, aparecieron ideas para interconectar los ríos Moldava y Danubio, sin embargo, ninguna de ellas fue exitosa. Ni siquiera los hombres más ricos de la historia checa fueron capaces de pagar un proyecto tan exigente. A pesar de que se trata de un tramo bastante corto, había que superar un desnivel y un sustrato geológico de granito extremadamente duro. El último que llegó con esta idea fue el político y militar checo Albrecht von Wallenstein que quería aprovechar el río para tranportar grandes naves de guerra hasta Viena, según añade Lýsek.

“Albrecht von Wallenstien tenía recursos para abrir un camino entre los ríos Moldava y Danubio pero aparte de eso era un militar muy activo y tenía mucha afición por la guerra. Y la guerra es uno de los proyectos más caros que devora todos los demás. Por eso este hombre tampoco realizó sus planes, que le hubieran permitido llegar, a través de un sistema de esclusas, desde Bohemia del Sur hasta Linz y Viena“.

Foto: Zdeňka Kuchyňová
A pesar de que en realidad no tenemos la posibilidad de subir a un barco en Český Krumlov e ir de excurción a Viena, los visitantes de la exposición en el Museo Regional pueden conducir un modelo y disfrutar de un viaje interactivo. El agua fue uno de los temas fundamentales que preocupaban a los constructores en el pasado, ya que existían más de 40 proyectos de presas para evitar las inundaciones. Al final se realizó sólo uno, la presa de Lipno, construida en el río Moldava entre los años 1952 y 1959. Lipno se convirtió en un destino famoso entre los turistas tanto en verano como en invierno. En el caso de las demás presas planeadas, las aguas del río Moldava hubieran inundado varios monumentos arquitectónicos, incluso los cascos históricos de las ciudades cercanas. Estos planes no fueron realizados y gracias a ello podemos admirar la belleza de los pueblos de Bohemia del Sur, como la ciudad de Český Krumlov, que además, en 1963 fue proclamada reserva urbana protegida y a partir de 1992 pertenece a la lista de Patrimonio de la UNESCO.

Foto: Zdeňka Kuchyňová
El último de los proyectos no realizados que les presentamos en el Panorama Checo es también el más exótico y si no hubiera muerto su mayor protagonista, Chequia habría podido tener colonias por ejemplo en la isla de Tahití. Después de la caída del Imperio Austrohúngaro en 1918, los políticos debatían sobre el reparto de los territorios y el recién surgido Estado Checoslovaco expresó algunas demandas realmente bizarras. No obstante, la realización de estas propuestas no era tan imposible como nos puede parecer hoy, según afirma Filip Lýsek.

“Una de las propuestas discutidas fue presentada por uno de los fundadores del estado Checoslovaco, Milan Rastislav Štefánik. Se trataba de conseguir unos territorios que pertenecían a Alemania: la isla volcánica Jan Mayen, colonias en África, pero también en Tahití, lo que ahora sería muy atractivo. Ninguna de estas ideas se ha realizado pero quizás, si Štefánik no hubiera muerto lo habría conseguido. Sin embargo, había familias checas que se instalaron en Tahití“.

Milan Rastislav Štefánik,  foto: Zdeňka Kuchyňová
Hasta aquí los proyectos que pudieron influir la historia y las relaciones checo-austríacas presentados por el Museo Regional de Český Krumlov. Las ciudades en Alta Austria Freistadt y Bad Leonfelden invitan a los visitantes a conocer el desarrollo del comercio, transporte, medicina o visitar una fábrica de cerveza. En el otro lado de la frontera, el monasterio cisterciense de la ciudad de Vyšší Brod, expone el relicario de la Santa Cruz y la necrópolis de la dinastía de los Rosenberg. La Exposición Regional permanecerá abierta hasta el 3 de noviembre.