La ayuda checoslovaca que contribuyó a la fundación de Israel

Photo: Archives du gouvernement de la République tchèque

Hace 70 años se fundó Israel como un estado independiente, dando comienzo a la primera guerra árabe-israelí. A esta primera victoria del sionismo contribuyó notablemente la ayuda militar checoslovaca.

Foto: Oficina del Gobierno Checo
El 14 de mayo de 1948 comenzó el conflicto armado que enfrentó a las milicias sionistas de Palestina contra las fuerzas árabes. Nacía así el actual estado de Israel, un país que sigue estando agradecido 70 años después a la República Checa por la ayuda aportada por la entonces Checoslovaquia en aquellos primeros momentos.

Izado de la bandera israelí en Um-Rashrash. Foto: Archivo de la Oficina del Gobierno de Isrel / CC BY-SA 3.0

Aunque es difícil precisar si los sionistas hubieran ganado o perdido la guerra sin la ayuda militar checoslovaca, los expertos coinciden en que el apoyo fue notable y marcó en buena medida el rumbo de la guerra. Jan Fingerland, comentarista de la Radiodifusión Checa, explica en qué constituyeron fundamentalmente los suministros.

“Había muchos tipos de armas. Había por supuesto fusiles y cañones pero también aviones. Estos no intervinieron tanto en la guerra, así que su importancia es más parte de la leyenda de la ayuda checoslovaca. Paradójicamente se trataba oficialmente de aparatos Avia pero en realidad eran aviones construidos en la Alemania nazi, solo que con otro motor. Gran parte de la ayuda militar eran armas alemanas cambiadas de marca y enviadas a Israel”.

Jan Fingerland,  foto: Vendula Kosíková,  ČRo
Fingerland considera sin embargo que la ayuda de mayor importancia no fue material, sino de formación militar para unas milicias que de otra forma difícilmente podrían haberse comportado como un ejército.

“En los entrenamientos participaron soldados checoslovacos que tenían una experiencia reciente de la Segunda Guerra Mundial. Uno de ellos fue por ejemplo el teniente coronel Sochor, un héroe de guerra, miembro del ejército de Svoboda. La formación lugar en Checoslovaquia, pero en parte también fuera. Sochor estuvo en Palestina, donde realizó formación militar. Se trató de transmitir el know-how militar, que es básico para la guerra. Las armas son importantes, pero si la gente no sabe no solo cómo disparar, sino tampoco estrategia, cómo comunicarse y cosas así, no se puede hacer nada. Así que esto jugo probablemente un rol importante”.

El caso de entrenamiento más famoso es el de la formación de los pilotos israelíes, que tuvo lugar en el aeropuerto de Žatec y donde aprendió a manejar un caza por ejemplo Esser Weissman, que más tarde sería presidente de Israel.

Propuesta de la ONU en 1947 de la partición de Palestina. Foto: public domain
En tercer lugar no hay que olvidar que además de aportar armas y conocimientos militares, Checoslovaquia contribuyó a allanar el camino para que el resultado del enfrentamiento militar pudiera ser reconocido internacionalmente. Gran Bretaña cedió las decisiones sobre el futuro de Palestina a la recién creada Organización de las Naciones Unidas.

En la comisión de 10 países que tenía que decidir qué pasaría con el protectorado británico se encontraba Checoslovaquia, prosigue Fingerland.

Ejército israelí en la carretera de Burma  (1948). Foto: public domain

“Checoslovaquia se encontraba entre aquellos que decían que la solución era dividir Palestina en un estado árabe y otro judío, y propuso una división concreta. Esto favorecía a los líderes sionistas, porque su principal objetivo era crear un Estado, de cualquier forma pero que fuera soberano, ya que necesitaban recibir a los judíos europeos que habían sobrevivido al Holocausto. Por supuesto, cuanto mayor y mejor el territorio, mejor, pero lo importante era tener un Estado reconocido internacionalmente. Y eso fue lo que propuso la comisión en la que se encontraba Checoslovaquia”.

Los intereses detrás del filosemitismo checoslovaco

Jerusalén en los aňos 40 del siglo pasado. Foto: Daniel.baranek / public domain
Atendiendo a los discursos de los políticos checos e israelíes, y al sentir general en ambos países, se podría hablar del mito de la Ayuda Checoslovaca. Este consistiría básicamente en que en medio de una Europa que participó en el Holocausto o miró hacia otro lado, los checos se alzan y ayudan a los judíos a crear un Estado propio que garantice su supervivencia, constata Jan Fingerland.

“Un mito que les gusta a los checos y a los israelíes es que se trataba de una ayuda fruta del idealismo de Checoslovaquia. Se habla de ayuda desinteresada, filosemitismo, etc. Siempre sale a relucir el nombre de Jan Masaryk, que era entonces ministro de Relaciones Exteriores y supervisaba muchas de las acciones, como el suministro de armas y el trabajo en la comisión de las Naciones Unidas. Todo esto es verdad, pero no toda la verdad”.

De hecho se puede hablar de dos razones más prosaicas que llevaron a Checolosquia a tender la mano a un incipiente Israel. Irena Kalhousová, analista especializada en Oriente Medio e Israel, destaca ante todo el interés económico.

Entrenamiento de milicianas en el kibbutz Mishmar HaEmek. Foto: public domain
“Checoslovaquia cobró muy bien por su ayuda. Fue en una época en la que Checoslovaquia tenía una enorme cantidad de aparatos militares que ya no necesitaba y de los que quería desprenderse. Israel estaba en otra situación, necesitaba de tecnología militar y tenía divisas, que era lo que le faltaba a Checoslovaquia. Fue un buen negocio mutuo. Además del factor económico hay que decir que había una voluntad política de ayudar a Israel. Había contra Israel un embargo internacional y no era fácil llevar hasta allí las armas”.

Checoslovaquia disponía de todo el arsenal alemán que había quedado en su territorio, pero necesitaba dólares para remontar la posguerra. Las fuerzas sionistas, por otro lado, contaban con una importante inyección de liquidez, detalla Fingerland.

“Las armas fueron pagadas con dinero que había sido conseguido sobre todo en los Estados Unidos mediante colectas. A estas contribuían sobre todo, aunque no únicamente, judíos estadounidenses, que ponían dinero para la compra de armas. Se adquirió armamento también por ejemplo en Francia, pero en Checoslovaquia se trató de una gran cantidad. A pesar del embargo se trató de un buen negocio para Checoslovaquia”.

Tanque M4 Sherman del ejército israelí  (1948-49). Foto: public domain
Junto al interés económico se halla el interés político. De acuerdo con Jan Fingerland, Checoslovaquia hizo en esos momentos de una especie de testaferro de la Unión Soviética, cumpliendo los objetivos geopolíticos de esta potencia.

“El Gobierno checoslovaco ya estaba en su mayor parte controlado por la Unión Soviética y sus intereses. Estamos hablando de los años 1947-48, cuando ya estaba claro que surgiría algún tipo de Estado judío y que la Unión Soviética tenía muchas probabilidades de controlarlo, ya que muchos judíos europeos eran izquierdistas, habían participado en partidos socialistas y comunistas. Se suponía que el futuro Israel sería un país socialista, pro comunista”.

La existencia de un Israel socialista en Oriente Próximo era para la Unión Soviética todavía más apetecible si tenemos en cuenta que la región estaba prácticamente controlada por Occidente. Países como Egipto, Jordania, Irán, Siria, etc. eran bien monarquías bajo la batuta británica o repúblicas controladas por Francia.

70 años de la cooperación checoslovaco-israelí,  foto: Klára Stejskalová

“A finales de los años 40 la Unión Soviética podía apostar solo por Israel en esa zona. Así que lo intentó, y el Gobierno checoslovaco era la más indicada para poner las armas, ya que las tenía y además así parecía que no eran armas soviéticas sino de otro país no comunista. Quizás es el mayor motivo de por qué se llegó a esa venta de armas”.

De amigos a enemigos

Voluntarios árabes. Foto: public domain
El plan de la Unión Soviética salió mal. En 1949, durante las primeras elecciones en Israel, el Partido Comunista consiguió unos resultados pésimos y quedó claro que el nuevo país, aunque izquierdista, no sería comunista y permanecería alineado con Occidente.

Desde Moscú se decidió entonces tirar la toalla y jugar la carta antisemita, que le garantizaría credibilidad y apoyos internos. Checoslovaquia, ya desde febrero de 1948 un satélite soviético, jugó el rol encomendado y le dio la espalda a Israel, comenta Irena Kalhousová.

“Después Checoslovaquia tuvo un giro de 180 grados, y bajo la influencia de la Unión Soviética su posición hacia Israel cambió totalmente. Dejó de enviar ayuda militar y por el contrario Checoslovaquia se convirtió en el gran suministrador de armas a los países árabes, como Siria o Egipto. Eran más bien armas soviéticas, pero Checoslovaquia hacía de intermediario. Quizás era algo simbólico, el país que había ayudado a Israel ahora ya está en el ‘lado correcto’ y ayuda a los países adecuados”.

Irena Kalhousová,  foto: Carlos Ferrer
Durante toda la Guerra Fría Checoslovaquia fue un país adverso a Israel, aliado de los países árabes, y el episodio de la ayuda checoslovaca de 1948, que nunca fue público, permaneció relegado u olvidado.

La situación cambió tras la Revolución de Terciopelo de 1989. El país de pronto descubrió que había sido un aliado fundamental del estado sionista, un hallazgo que iba con los tiempos, constata Kalhousová.

“La historia resurgió a comienzos de los años 90, como parte de la búsqueda de una nueva identidad para la República Checa y se buscaban historias positivas del pasado, o que fueran concebidas como positivas después de la caída del comunismo. Y la ayuda a Israel encajaban perfectamente en esto. Checoslovaquia hizo entonces algo importante en el ‘lado correcto’, cuando todavía no estaba bajo la influencia soviética. Así que en los años 90 vemos que sobre esta historia se empieza a hablar más”.

Jerusalén en la actualidad,  foto: public domain
El mito de la ayuda checoslovaca ha calado también en la sociedad israelí, que recuerda con agradecimiento el apoyo prestado y ve de forma indudable un aliado en Chequia, explica Kalhousová.

“Checoslovaquia, la República Checa, tienen en Israel una imagen muy positiva, lo que nos diferencia de por ejemplo Polonia, que sigue estando relacionada con términos como Auschwitz. Cuando uno dice que es Chequia, la asociación es muy positiva. La gente se acuerda de Václav Havel, del buen soldado Švejk, y de la ayuda militar checoslovaca en 1948. Por otro lado, esto está cambiando con la llegada de las jóvenes generaciones. La gente que tiene ahora 15 o 20 años, con sus escasos conocimientos de historia, seguramente no saben nada. Se trata de gente mayor, que lo tiene vivo en la memoria”.

En cualquier caso, la imagen de Chequia como amiga de Israel persiste debido a la favorable política exterior puesta en práctica desde Praga y a la posición fervientemente pro israelí del presidente checo, Miloš Zeman. Recientemente Chequia ha anunciado la apertura de un consulado y una sucursal del Centro Checo en Jerusalén, coincidiendo con la decisión de Estados Unidos de trasladar su embajada de Tel Aviv a la ciudad tres veces santa.