Chequia forma un grupo de combate europeo junto al resto del grupo de Visegrád

Foto: Olga Haladová, Radiodifusión Checa

La República Checa es el segundo país de mayor contribución al nuevo grupo de combate europeo liderado por Polonia y formado por los países del grupo de Visegrád, donde también se encuentran Hungría y Eslovaquia. Se trata de una unidad de intervención rápida para operaciones militares de emergencia.

Foto: Burrows / public domain
La Unión Europea cuenta desde 2007 con un programa de unidades militares de intervención rápida conocidas como grupos de combate. Estos están formados por aproximadamente 1.500 soldados y deberían ser capaces de desplegarse rápidamente y mantenerse de forma autónoma en el teatro de operaciones al menos un mes.

De los 18 grupos de combate creados hasta el momento, uno ha sido organizado por los países de Visegrád, el llamado V4, integrado por la República Checa, Polonia, Hungría y Eslovaquia. Precisamente en enero de este año comenzó su periodo de alerta. Los más de 3.700 militares del grupo estarán en activo durante seis meses, preparados para realizar cualquier misión de emergencia que sea necesaria.

El antiguo jefe del Estado Mayor de la República Checa, Jiří Šedivý, resume así la importancia de la unidad.

Jiří Šedivý,  el ex jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas checas,  foto: Archivo de las Fuerzas Armadas checas
“Se trata de un grupo de combate estándar preparado para ser enviado a una distancia de 6.000 kilómetros de Bruselas. Lo importante es principalmente que la intervención militar de emergencia se realizaría en un plazo de entre cinco y diez días, lo que es un lapso de tiempo muy breve. Eso es fundamental en estos tiempos, que pueden ser muy conflictivos y llevar a una intervención militar directa. Esto no se puede descartar”.

Estos batallones europeos de acción rápida fueron creados tras la experiencia positiva de la operación Artemis, que situó una fuerza militar conjunta en el Congo, pero desde su creación su operatividad ha sido más bien irregular. Por falta de interés de los países participantes, en algunos semestres ningún grupo de combate estuvo disponible para mantenerse activo, y por otro lado el presupuesto comunitario destinado a su funcionamiento apenas cubre los gastos básicos.

La situación cambió diametralmente el año pasado, comenta sin embargo Šedivý, para quien es factible que el batallón del V4 tenga que entrar en acción.

Foto: Olga Haladová,  Radiodifusión Checa
“Nos encontramos en una situación nueva. Después de los atentados de París. Antes los grupos de combate estaban en esas condiciones porque no había ninguna amenaza concreta. Tras los atentados Francia pidió la activación del artículo del acuerdo de la Unión Europea que dice que todos los países europeos están obligados a responder si uno de los miembros es atacado. De esta manera, si se hace necesario realizar una operación rápida en la lucha contra el terrorismo, puede pasar que el grupo de combate sea enviado al Mediterráneo, al Norte, o a África, por ejemplo”.

De esta manera, en caso de una amenaza para la seguridad de algún país europeo, o por mandato de la ONU por ejemplo, el Consejo de la Unión Europea tendría cinco días para aprobar o no la intervención. Esta se realizaría en un plazo máximo de 10 días desde ese momento.

El envío de un batallón debería ser respaldado por la totalidad de los países miembros, aunque en el contexto actual esto no tiene por qué significar una falta de agilidad, señala Šedivý.

“El proceso debe transcurrir como está establecido para los grupos de combate. Todos los países de la Unión Europea deberían estar de acuerdo con hacer válido ese artículo del Tratado de la Unión Europea, es decir, poner todos los recursos necesarios para defender a otro estado miembro que es atacado. Se iniciaría así un proceso de decisión política, pero su activación es ahora mucho más actual que en el pasado”.

Batallón polaco con fuerte presencia checa

Foto ilustrativa: Archivo de la Oficina del Gobierno Checo
Entre los posibles cometidos del grupo de combate de Visegrád no se encuentran en principio la conquista de territorios o las operaciones de castigo. Se trataría de una fuerza de paz con propósitos humanitarios o de mantenimiento del orden, que en todo caso podría servir como punta de lanza para una operación militar de mayor envergadura.

Por su cometido, y en aras de una mayor celeridad, el número de efectivos se reduce al mínimo para que las tropas puedan ser autónomas: habitualmente tres compañías de infantería, en su caso alguna compañía especial, más el personal de tierra necesario.

El grupo de combate de Visegrád está compuesto por 3.700 unidades, de las que 1.800 son polacas, 728 checas, 640 húngaras y 460 eslovacas. De modo testimonial participan también 19 soldados ucranianos.

Aunque el batallón es liderado por Polonia, la República Checa destaca como segundo país al mando, explica Šedivý.

Ucrania de 2014,  foto: Vít Pohanka,  Radiodifusión Checa
“La República Checa participa más bien como apoyo. Aporta cierta parte de las fuerzas militares y logísticas, y tiene una importante contribución sanitaria. Pero donde más participa es en las estructuras de mando, con oficiales y comandantes. El segundo dirigente del grupo es un general checo, el general Jung, que tiene un gran poder en la toma de decisiones, en caso de que la Unión Europea decida que la intervención es necesaria. De esta forma nuestro país tiene un gran poder en el grupo en condiciones reales”.

El grupo de combate de Visegrád tiene su germen en la decisión de Polonia de 2011 de liderar uno de estos batallones de intervención rápida. Los países de cooperación pronto se definieron como los pertenecientes a esta alianza regional. Su entrenamiento se inició en 2013 en el marco de la Fuerza de Respuesta de la OTAN, y tras la intervención rusa en Ucrania de 2014 el grupo de combate se perfiló como una forma de respuesta política frente a Moscú, incluyéndose de hecho unidades ucranianas.

El batallón del V4 volverá a estar de guardia el primer semestre de 2019, aunque se discute si conservarlo como una fuerza activa de forma permanente.