La gente en la República Checa trabajó un promedio de 41,1 horas por semana el año pasado, de acuerdo con un estudio de Raiffeisenbank, con empresarios registrando aproximadamente cinco horas más por semana que los empleados.
En 2003, el checo promedio trabajaba cada semana 42 horas. Raiffeisenbank dijo que la reducción proviene de una campaña de los sindicatos lanzada la primavera pasada para reducir las horas estándar a 37.5 por semana.
Según Raiffeisenbank, cualquier reducción oficial en la semana laboral dañaría la economía checa en lugar de reducir aún más el desempleo.
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