‘Vánočka‘, uno de los símbolos de la Navidad en Chequia

Foto: Ondřej Tomšů

Uno de los tradicionales panecillos dulces de la Navidad en Chequia es la llamada ‘Vánočka’, o trenza de Navidad.

Foto: Petra Kunešová a Zuzana Vopálenská
En la víspera de la Nochebuena, las amas de casa en la República Checa suelen preparar la llamada ‘Vánočka’ o trenza navideña. Antaño en la cena de Nochebuena debían ofrecerse siete platos como mínimo y la ‘Vánočka’ era el plato final, de acuerdo al etnólogo Vítězslav Štajnochr.

“La ‘Vánočka’ simboliza al Niño Jesús, el Corpus Christi, es un bebé que nace todos los años a medianoche el día de Nochebuena. Antaño la trenza navideña se llevaba por ello a la misa del gallo que con la que se festeja el nacimiento del Niño Jesús”.

La propia forma de la ‘Vánočka’ evocaba en las personas la manta en la que estaba envuelto el Niño Jesús en Belén. Entre el pueblo se creía además que las cruces que se formaban al preparar la ‘Vánočka’ protegerían a las personas de las fuerzas del mal. La trenza navideña se servía acompañada a veces de salsa de peras, miel, nueces y pasas de uvas, como sostiene Štajnochr.

”Se solía comer también el 25 de diciembre por la mañana, al desayuno y estaba presente también en las festividades a lo largo de todo ese día. A veces se comía con miel, por ejemplo, o acompañada de una taza de café con leche, lo que era típico”.

Vítězslav Štajnochr,  foto: Eva Turečková
La costumbre de comer la trenza navideña al desayuno durante las fiestas de Navidad se conserva hasta la actualidad, y las familias católicas que mantienen el ayuno durante el día de Nochebuena la comen también a lo largo de ese día.

Las primeras menciones sobre la ‘Vánočka’ datan del siglo XVI. Originalmente tenían permiso para prepararla sólo los panaderos y tardó otros dos siglos para que la trenza pudiera ser hecha también en los hogares.

Según la tradición popular del campo checo, la primera ‘Vánočka’ debía ser para el granjero, para que le asegurase una buena cosecha. En tiempos pasados la trenza era también el único regalo de Navidad que se obsequiaba tanto a los familiares, vecinos, como a la servidumbre. Y no sólo eso, como añade el etnólogo Vítězslav Štajnochr.

”El regalo sagrado en forma de la trenza de Navidad se daba de comer igualmente al ganado, a las vacas en el establo, así como a las cabras y los perros y otros animales. Las migas de ‘Vánočka’ se recogían y se daban a las aves o se esparcían en los campos y en los jardines a fin de que sean fértiles y den buenos frutos”.

Dentro de la trenza solía amasarse igualmente una moneda antes de meterla al horno, y el que la encontrase al comer la ‘Vánočka’ sería feliz y estaría sano durante todo el año siguiente.