Una caseta para el vencejo

Foto: Amikosik, Creative Commons 3.0
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El Ministerio de Medio Ambiente checo ha instalado esta semana en su sede en Praga casetas para el vencejo común. Más del 95 por ciento de los vencejos que habitan Chequia anida en edificaciones, uniendo su vida estrechamente con el hombre. Las actividades humanas influyen directamente en la existencia del vencejo.

Foto: mzp.cz
En los once años tras la Revolución de Terciopelo la población del vencejo común en Praga descendió en casi un 45 por ciento. Según los ornitólogos, se trata probablemente del retroceso más rápido de una especie de ave que se ha registrado en territorio checo. Una situación similar se ve también en otras ciudades checas.

Con la ubicación de dos casetas para vencejos en la fachada norte de su edificio, el Ministerio de Medio Ambiente quiere advertir sobre el problema. Y al mismo tiempo servir de buen ejemplo a otras administraciones públicas, así como a las empresas constructoras y a los ciudadanos, según apunta el director del Departamento de Protección de la Naturaleza y del Paisaje, Tomáš Rothröckl.

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“Esperamos que las casetas sean habitadas pronto por el vencejo. Estas aves están ligadas en la ciudad a edificios elevados, trátese de construcciones viejas, nuevas o casas de hormigón prefabricadas. Nuestro objetivo es conseguir que durante cualquier reconstrucción de edificios no se olvide ubicar casetas para vencejos como reemplazo de sus nidos originales, en el marco de protección de estas aves”.

El vencejo aprovecha para la nidificación las cavidades bajo el tejado. La remodelación de los edificios históricos y el aislamiento térmico de las casas de hormigón prefabricadas en los últimos años han hecho desaparecer muchos nidos, teniendo una repercusión dramática en la población del vencejo común. Tomáš Viktora, de la Sociedad Checa de Ornitología, explica que la única manera de proteger esta especie de ave es posibilitarle anidar.

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“El vencejo es muy conservador. Al lugar donde una vez construye su nido vuelve durante toda su vida. Si se lo destruimos, se acostumbra muy difícilmente a otro nidal. A veces el vencejo tarda dos o incluso tres años en volver a anidar, lo cual es casi la mitad de su vida. Este obstáculo reduce considerablemente su capacidad de reproducción”.

El vencejo común pasa el invierno en África del Sur. En la primavera del año pasado el primer vencejo apareció de vuelta en Chequia el 9 de abril. Sin embargo, para este año la ola principal se espera después del 25 de abril. A ver si alguna pareja se instala en el nuevo nido que le ha ofrecido el Ministerio de Medio Ambiente.