Un mural checo-mexicano en la ciudad de Chicago

Foto: Klára Stejskalová

En el barrio de Pilsen en Chicago surgió un mural creado por estudiantes checos que une las culturas de Chequia y México.

Foto: Klára Stejskalová

Una joven vestida con un traje típico checo con motivos mexicanos, esa es la imagen principal de un nuevo mural en el antiguo barrio checo de Pilsen, en Chicago, ahora habitado principalmente por una comunidad de mexicanos.

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En la creación del mural participaron tres estudiantes de la escuela Sutnar de Pilsen, Martin Kelbl, Gabriela Mangelová y Markéta Brecherová. Su intención era conectar las culturas checa y mexicana, como explicó Martin Kelbl a Radio Praga Internacional.

“Me inspiraron los murales que vi en el barrio de Pilsen en Chicago. Noté que a la gente le gustaban los retratos, así que quería continuar la tradición. Quería también crear una conexión entre los habitantes mexicanos que viven en el barrio ahora con los migrantes checos que vivían allí en el pasado. Por eso decidí pintar una joven con un traje checo con motivos mexicanos, así las dos culturas se unen”.

El espacio público del antiguo barrio checo está adornado con murales coloridos. Para los mexicanos, los murales son una forma típica de expresión artística. La idea de crear un mural checo en la zona se les ocurrió a los maestros de la escuela Masaryk de Chicago, quienes se dirigieron a la artista Renáta Fučíková, maestra de la escuela Sutnar de Pilsen.

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“El año pasado vino un grupo de estudiantes a crear un mural que recordara los lazos checos con Chicago. Es un retrato político de Masaryk. Este año surgió la pintura de una joven que tiene un vestido checo con motivos mexicanos. Está rodeada de otras personas, bailarines, pero no se puede decir si son checos o mexicanos”.

Los estudiantes pintaron el mural durante cuatro días. Su presentación no fue el único evento que recordó la historia checa del barrio. En el espacio industrial de una pequeña cervecería local se inauguró la exposición ‘Buenos 100’ (Dobrých sto), basada en el libro del mismo nombre, publicado por los estudiantes de Pilsen bajo el liderazgo de Renata Fučíková.

“Con el aniversario de la República pensé en captar su historia a través del arte. Me dirigí a los estudiantes para que cada uno eligiera un año de la historia y se centrara en un evento positivo que ocurrió ese año. Incluso en los tiempos de la ocupación nazi o soviética. Los estudiantes encontraron algo bueno en cada época”.

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El proyecto ‘Buenos 100’ es un panorama de los eventos positivos que han tenido lugar desde la fundación de la República Checoslovaca en 1918, como por ejemplo, la creación de importantes obras artísticas y arquitectónicas, prosigue Fučíková.

“El proyecto conmemora los 100 años de la nación y debería servir para alentar nuestras mentes. Los checos tenemos la costumbre de lamentarnos y recordar solo lo malo. Solemos olvidarnos de que somos fuertes, y que incluso en esos años oscuros surgieron revoluciones, se rompieron récords deportivos, se hicieron muchos descubrimientos científicos y el nivel de vida iba cambiando”.

La exposición se abrió en Washington el año pasado, cuando se celebró el centenario de Checoslovaquia. La ciudad de Chicago, donde se encuentra la muestra en la actualidad, está estrechamente vinculada con la migración de los checoslovacos, apunta Fučíková.

“Estamos muy agradecidos por la oportunidad de exponer en Chicago. El diseñador gráfico Ladislav Sutnar, cuyo nombre lleva la escuela, emigró a Estados Unidos donde era muy activo profesionalmente. Además, el barrio donde vivían los checos lleva el nombre de nuestra ciudad, Pilsen”.

Los checoslovacos comenzaron a irse de Chicago en los años cincuenta, mudándose a otras partes de Estados Unidos. En el barrio de Pilsen permaneció hasta ahora una iglesia, un bar y un teatro checos.