Trampas al desguace en Alemania

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Hasta 50.000 automóviles oficialmente destinados al desguace en Alemania han sido revendidos ilegalmente en el extranjero. La mayoría de esos vehículos han sido exportados, sobre todo, a Europa del Este, incluyendo la República Checa.

Los incentivos para el desguace de automóviles fueron introducidos por varios países comunitarios para impulsar la venta de nuevos vehículos y sacar de la crisis el sector de la automoción.

Recientemente se ha revelado que el sistema es abusado en gran medida en Alemania. Según asegura la prensa de ese país, hasta 50 mil vehículos supuestamente desguazados fueron exportados en realidad a otros países, sobre todo, a Europa del Este.

Martin Pajer, experto en verificar la proveniencia de automóviles de ocasión, insistió que muchos de esos vehículos terminan también en la República Checa.

“En la República Checa no existe en la actualidad una herramienta para seguir e impedir esas actividades. Todos los que compren un automóvil usado corren el riesgo de que el vehículo haya sido montado de piezas de automóviles importados ilegalmente”, subrayó.

La policía checa hasta el momento no ha registrado casos de venta de automóviles reciclados ilegalmente en el país, aunque no descartó la posibilidad de que esto suceda.

Semejantes casos ya han sido detectados en la vecina Polonia, donde se puso en evidencia que algunos automóviles fueron importados a ese país tras ser desmontados y vueltos a armar antes de ser lanzados al mercado polaco.

Desde febrero pasado, los alemanes que desguacen su automóvil de más de nueve años de antigüedad y compren uno nuevo, reciben del Estado 2.500 euros. El sistema ha dado buenos resultados, la venta de coches nuevos aumentó así en ese país en julio casi un 30 por ciento.

Sin embargo, las imperfecciones del sistema posibilitaron a los estafadores revender los coches en vez de desguazarlos. Se supone que hasta un 10 por ciento de todos los automóviles supuestamente desguazados se ha exportado ilegalmente y que debido a ello el Estado alemán ha perdido unos 125 millones de euros.