Si no lo hago yo, lo hará otro

foto: Comisión europea

Los checos pierden interés por algunos tipos de trabajo. Pese a que en la República Checa el índice del desempleo oscila alrededor del 10 por ciento, muchas personas prefieren quedarse en casa y recibir subsidios por desempleo en vez de aceptar ciertos tipos de trabajo.

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Las razones de porqué los checos se niegan a aceptar ciertos tipos de trabajo son varias. A veces resulta más ventajoso recibir subsidios por desempleo, que aceptar un trabajo con un sueldo mínimo. Un papel importante puede jugar también "el qué dirán". Pero también hay excepciones.

"Yo aceptaría cualquier tipo de trabajo. Cuando falta dinero, como en mi caso, creo que uno es capaz de aceptar cualquier trabajo. Aunque, admito que no me gustaría hacerlo por mucho tiempo."

Todo indica que un papel decisivo juega también el salario. Lo documenta el hecho de que los checos rechazan generalmente trabajos temporales como, por ejemplo, la cosecha de frutas. No obstante, viajan a Italia o Gran Bretaña para hacer el mismo trabajo porque es mejor remunerado. De manera que la ayuda de voluntarios de Eslovaquia y de otros países resulta cada año indispensable para los agricultores checos.

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La importancia de un buen sueldo para los checos lo testimonia también el caso de la fábrica de zapatos Albex, en la ciudad de Veselí nad Moravou, Moravia del Sur, que optó por ofrecer empleo a unas 70 costureras de Mongolia, dispuestas a aceptar peores condiciones salariales.

Los checos no suelen oponerse a la competencia por parte de ciudadanos de otros países.

"No me molesta la presencia de trabajadores extranjeros. Las reglas del mercado de trabajo son claras en todas las partes del mundo. Si uno no quiere aceptar cierto tipo de trabajo, lo hará otro." Actualmente, en la República Checa trabajan legalmente más de cien mil extranjeros, de ellos unos 60 mil ciudadanos de la República Eslovaca. Pero se estima que otros cien mil sin permiso de trabajo.