Sedivý teme que República Checa baje de categoría en la OTAN

El Ejército checo hace frente estos días a dos serios problemas. La posición del país en la OTAN se ha debilitado y la prevista adquisición de los nuevos carros blindados aún está en suspenso.

Jiri Sedivý  (Foto: CTK)
A pesar de que por primera vez en la historia el país contará con un miembro en la jefatura de la OTAN, Jiri Sedivý, recién elegido subsecretario de esa organización, no está conforme con el papel que la República Checa juega en la alianza.

Jirí Sedivý sostuvo que existe un peligro real de que en un futuro próximo el país pase a ser un miembro pasivo de la OTAN, debido a la desaceleración de la transformación de las Fuerzas Armadas checas y la reducción del presupuesto del Ministerio de Defensa.

"Temo que bajo la presión de los presupuestos reducidos, en un futuro cercano bajemos de la categoría de los países que conducen la alianza a la de los países que solamente están a bordo, pero no manejan".

Además de ello, el Ejército checo tiene que solucionar otro problema: La jefatura militar decidió adquirir nuevos carros blindados Pandur de la empresa austríaca Steyr, del grupo General Motors. Sin embargo, el fabricante aún no ha entregado a la parte checa los prototipos necesarios para realizar los ensayos.

Las pruebas, que debieron empezar en junio, deberían poner de manifiesto si el carro blindado es capaz de cumplir sus deberes de combate. Tan sólo después podrá iniciarse la producción en serie del vehículo.

El Ejército checo tiene previsto adquirir un total de 199 tanques austríacos. Se espera que en otoño reciba los primeros 17 vehículos y la jefatura militar resaltó que no está dispuesta a reducir los plazos fijados para la realización de los ensayos.

Según altos cargos militares, la demora representa un factor de alto riesgo en cuanto al cumplimiento de los exámenes necesarios para llevar a cabo la transacción, cuyo precio alcanzará una suma récord de casi 800 millones de euros. El contrato se convertirá así en la adquisición militar más cara en la historia del país.

La empresa Steyr quiere tranquilizar a la parte checa, subrayando que los prototipos serán entregados cuanto antes y que la demora no pondrá en peligro la transacción.

Por otro lado, son cada vez más fuertes las voces que critican el procedimiento de las Fuerzas Armadas, alegando que la República Checa debió apostar por la seguridad y comprar carros verificados de alguno de los aliados y no participar en la financiación del desarrollo de un nuevo vehículo no examinado.

Autor: Roman Casado
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