Se acabó la ‘ley seca’

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La prohibición de venta de bebidas de más de un 20% de alcohol concluye este jueves, dos semanas después de ser impuesta. El Gobierno pide sin embargo precaución todavía porque el metanol puede seguir en algunas bebidas. Las botellas ya abiertas en los negocios deberán ser eliminadas pero el alcohol producido antes de 2012 puede ser vendido sin nuevos controles.

Leoš Heger,  foto: ČTK
Una intervención en televisión del ministro de Salud este jueves a las 13:00 horas ha marcado el final de una ‘ley seca’ histórica, que ha dejado todos los locales y negocios del país sin alcohol fuerte durante dos semanas.

El anuncio previo lo hacía en la noche del miércoles el primer ministro Petr Nečas.

“Desde el jueves se podrá vender y consumir bebidas con contenido etílico superior al 20% que fueran producidas antes del 1 de enero de 2012, así como las bebidas producidas con posterioridad a la ‘ley seca’ etiquetadas con el nuevo precinto”.

El retorno de las botellas a las estanterías de los supermercados y las barras de los bares será por tanto progresivo. Las nuevas bebidas empiezan justo ahora a ser producidas por lo que tardarán días en llegar a los consumidores finales.

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Las bebidas retiradas de la circulación hace dos semanas hechas en 2012 tendrán que obtener un certificado del origen legal del alcohol utilizado, que también puede tardar en ser conseguido. Por otra parte muchas botellas no cuentan con la fecha en la que fueron producidas, ya que el alcohol no caduca.

Según el ministro de Salud, Leoš Heger, el lapso de tiempo elegido es suficientemente seguro. Sin embargo, ya que se calculaba que unas 30.000 botellas de los 21 millones que fueron retiradas de circulación eran tóxicas, el peligro sigue latente, alertó el ministro de Agricultura, Petr Bendl.

“El riesgo aún está presente y es una amenaza, así que no hay que beber alcohol del que no se esté seguro de su origen”.

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La Unión de Productores y Distribuidores de Bebidas Alcohólicas calcula que solo un tercio de las botellas retiradas podrán ser puestas a la venta de nuevo. El resto tendrán que ser desechadas por medios que aún no han sido especificados. El Estado devolverá los impuestos al consumo y el IVA para paliar en parte las pérdidas.

La excepción serán las bebidas más caras, sobre las que los vendedores podrán efectuar controles que ellos mismos tendrán que sufragar. Pero expertos dicen que en el país hay contados laboratorios acreditados, y que en el plazo de 60 días no habrá tiempo de realizar tantos test.

Muchos consumidores desconfían de las malas prácticas de los vendedores finales que no quieran sufrir pérdidas tirando botellas y se las arreglen para sacar a la venta licores sin cumplir con las medidas preventivas establecidas por el Gobierno.

La República Checa se esforzará ahora por convencer a la Unión Europea de su alcohol vuelve a ser seguro para que retome también las ventas fuera del país, que suponen un 40% de su producción en condiciones normales. Se espera que sea en cuestión de días que se recuperen las exportaciones y después podrán los productores hacer el balance final de las pérdidas millonarias que ha provocado la intoxicación por alcohol metílico que hasta el presente ha acabado con la vida de 26 personas.