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Vladimír Zelezný, Foto: ÈTK
Al fundar a mediados de los noventa la televisión Nova, Vladimír Zelezný
carecía de capital. Contaba, sin embargo, con algo más valioso:era titular
de una licencia televisiva. La televisión Nova pudo surgir gracias a los
millones de dólares que invirtió la compañía norteamericana CME. Nova,
la primera televisión privada de los países postcomunistas,
prosperaba,pero los inversionistas norteamericanos se dieron cuenta de
que su director Zelezný no cumplía las condiciones del contrato. Lo
destituyeron de su cargo,pero Vladimír Zelezný, recurriendo a hábiles
manejos, apartó a los inversores estadounidenses del control de Nova.
Éstos demandaron a Zelezný y un tribunal internacional de arbitraje lo
condenó a pagar a la compañía CME una indemnización de 25 millones
de dólares. Según la policía checa, el magnate televisivo checo intentó
evitar el pago a través de un recurso de la ingeniería financiera,
extendiendo una letra que no era posible cobrar. En abril pasado, la
policía acusó a Vladimír Zelezný de estafar al acreedor. Ahora se le
imputa un intento de estafa.
Entretanto, la compañía norteamericana CME demandó a la República Checa ante el tribunal internacional de arbitraje en Estocolmo por la pérdida de sus inversiones en la televisión Nova. El Estado Checo perdió el arbitraje y la compañía CME le pide una indemnización de más de 500 millones de dólares.
La detención de Vladimír Zelezný se produce un mes después del arbitraje perdido por el Estado Checo. En prisión preventiva se encuentra ya el abogado del magnate televisivo, Ales Rozehnal. Es un testaferro de Zelezný ya que figura en varios consejos de administración de las sociedades del imperio Nova.
¿Sabrá la policía desmantelar el entramado de los negocios de Vladimír Zelezný y reunir suficientes pruebas para que los jueces puedan condenarlo? Es un interrogante. Un detective del servicio anticorrupción comenta: