Otra protesta de los sindicatos contra la reforma del sistema de Salud

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Los sindicatos protestaron contra la reforma del sistema de salud presentada por el Gobierno. Cientos de sindicalistas se dieron cita, este martes, en la Plaza Palacký de Praga para tomar después las calles de la capital en la segunda marcha de protesta de los últimos meses.

Los sindicatos protestaron contra la reforma del sistema de salud,  foto: ČTK
Los sindicalistas abuchearon al ministro de Salud, Leoš Heger. Primero lo invitaron a la protesta, pensando tal vez que no acudiría, pero cuando apareció no le permitieron hablar. El líder sindical, Jaroslav Zavadil, sostuvo que el diálogo se había agotado, porque el Gobierno había prestado oídos sordos a las críticas y propuestas de los sindicatos.

Apoyado por el Gobierno, el ministro Heger insiste en que es indispensable reformar el sistema de salud y que ello requiere el respaldo de la ciudadanía, al tiempo que está convencido de que la reforma presentada es buena.

Jaroslav Zavadil y Leoš Heger,  foto: ČTK
“La nueva ley sitúa al paciente en el centro de las actividades. El nuevo sistema de salud girará alrededor de las necesidades del paciente, pero no debemos olvidar que éste tendrá a su vez una serie de obligaciones”, indicó el ministro.

Mientras los sindicalistas marchaban por las calles de la ciudad, en la Cámara de diputados dio inicio una sesión extraordinaria en la que los legisladores debatirán, entre otros temas, la propuesta de reforma del sistema de salud.

A pesar del rechazo por parte de los diputados comunistas y socialdemócratas, los legisladores del oficialismo quieren aprobar, lo más pronto posible, la reforma impulsada por el ministro Heger.

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Los sindicalistas amenazan con intensificar sus protestas e insisten en que la reforma de salud trata de beneficiar a las personas adineradas en detrimento del grueso de la población.

El líder sindical Jaroslav Zavadil sostiene que el oficialismo trata de imponer un sistema de salud de dos velocidades. Uno rápido y efectivo para los que tienen dinero y otro lento y deficiente para la mayoría de los ciudadanos.

En otras palabras, el que tiene dinero recibirá una buena atención en los hospitales públicos, mientras que el que no tiene dinero recibirá una atención mediocre.

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La reforma propone la subida de los precios en toda una serie de servicios, muchos de ellos gratis por el momento. El ministro de Salud, Leoš Heger confiesa que los pacientes tendrán que desembolsar cada vez más dinero por los tratamientos médicos porque “la medicina moderna es cara, pero gracias a ella vivimos más”.