Miloš Zeman aspira a su reelección

Miloš Zeman, foto: Khalil Baalbaki, ČRo

El actual presidente de la República Checa, Miloš Zeman, tratará ahora de ser reelecto para su cargo. Se trata de uno de los pesos pesados de la política checa.

Miloš Zeman,  foto: Khalil Baalbaki,  ČRo
Zeman nació en 1944 en Kolín, estudió en la Universidad Económica de Praga y actualmente es el décimo primer presidente en el Castillo de Praga, sede de los presidentes checoslovacos primero, y checos después, desde 1918. En su vida profesional hizo carrera como economista, especialmente en el Instituto de Pronósticos Económicos (ČSAV), donde fue colega del anterior presidente checo, Václav Klaus.

Se involucró en la política en los años 90, con la llegada de la democracia, entrando en el Partido Socialdemócrata (ČSSD). Fue diputado del Congreso Federal, luego de la Cámara Baja checa, más tarde presidente de la Cámara y finalmente primer ministro, de 1998 a 2002. Durante su Gobierno se dio el llamado Acuerdo de Oposición, un polémico entendimiento con la principal formación de la oposición, el Partido Cívico Democrático, dirigido por su excolega Václav Klaus, que le permitió gobernar con su tolerancia.

En 2003 fue el candidato oficial de los socialdemócratas para presidente de la República, siendo derrotado por Václav Klaus. Anteriormente el presidente del país era elegido por los diputados y no por la ciudadanía, como suele pasar en los sistemas parlamentarios. El recuento de votos hizo evidente que Zeman no fue votado por muchos diputados de su propio partido. Se trataba del síntoma de que la posición de Zeman en el seno de la socialdemocracia estaba amenazada. Las disputas internas le llevaron a abandonar la política.

Miloš Zeman,  foto: Zdeněk Vališ
En 2013 resurgió para presentarse a las primeras elecciones presidenciales de la República Checa, ganado en la segunda vuelta a Karel Schwarzenberg, de orientación conservadora, con un 55% de los votos. De hecho los análisis coincidieron en que una razón de su victoria fue la de hacerse con el voto izquierdista, en un contexto social marcado por las consecuencias de la crisis económica y las políticas de austeridad.

Los cinco años de mandato de Miloš Zeman han venido marcados por una interpretación del puesto de presidente que, por ser por primera vez elegido directamente por la ciudadanía, debería, en su opinión, ensanchar los límites de sus competencias.

Zeman ha entrado en roces con el Gobierno por sostener oficialmente opiniones sobre temas internacionales distintas de las establecidas por el Gobierno checo, asimismo ha manejado asuntos de Estado con una mayor autonomía de la esperada, convirtiéndose no en una mera figura simbólica, sino en un jugador más del juego político. En 2013 maniobró para imponer un gobierno provisional a su medida, ante una crisis del Ejecutivo, llegó a participar activamente en una conspiración para desbancar al entonces presidente de los socialdemócratas, Bohuslav Sobotka, y actualmente su voluntad sostiene el Gobierno de Andrej Babiš, que no cuenta aún con el voto de confianza del Parlamento. Sus declaraciones polémicas y choques con otros personajes públicos han sido una constante en los medios de comunicación.

Miloš Zeman y su esposa Ivana,  foto: ČTK
Sus críticos le reprochan, al igual que a su antecesor, Václav Klaus, una posición especialmente favorable a Moscú, que se traduce por ejemplo en su crítica a las sanciones a Rusia por la anexión de Crimea. Al mismo tiempo es abiertamente defensor de una mayor colaboración con China. Zeman es también un férreo defensor del estado de Israel y un feroz crítico del islam. Precisamente en los foros internacionales defiende una mayor vehemencia para combatir el terrorismo islámico, y considera imprudente acoger en Europa a los refugiados procedentes de Oriente Medio, lo que le hace sintonizar con el ambiente antiinmigración que se vive en el país. En asuntos económicos mantiene su orientación socialdemócrata y aboga por la introducción del euro.

Él mismo dice hablar al checo de a pie, en contraposición a lo que él llama la “cafetería praguense“, es decir, los artistas e intelectuales, que suelen ser sus mayores críticos. Según las estadísticas, sus votantes suelen pertenecer a los estratos socioeconómicos más bajos y residen más bien en el campo. La confianza en el presidente ha sido alta durante su mandato, situándose habitualmente en torno al 50%.

Junto a Václav Havel y Václav Klaus, Zeman es uno de los tres políticos que más influyeron en la formación de la democracia checa en los años 90. El Partido Socialdemócrata, que dirigió durante nueve años, es prácticamente obra suya, y bajo su dirección se convirtió en uno de los dos partidos más importantes del país.