Los policías checos no están lo suficientemente protegidos. Resulta que la Presidencia del organismo compró hace dos años chalecos antibalas, pero en la práctica ha quedado patente que son defectuosos.
El chaleco antibala defectuoso, foto: ČT
En los tiempos que corren no es buena idea que los representantes de la ley
y el orden anden desprotegidos. Si bien no es el caso de Chequia, agentes
uniformados han sido agredidos y hasta asesinados en varios países
miembros de la Unión Europea.
En la República Checa es cada vez más frecuente que los policías asistan a operativos, digamos cotidianos, protegidos con chalecos antibalas, aun tratándose de un control de carretera.
Zdeněk Drexler, foto: ČTLa medida responde al aumento de la violencia como resultado de la
radicalización de algunos sectores de la sociedad, así como del peligro
de ataque terrorista que pende sobre todos los países de la Unión
Europea.
Lo complejo de la situación actual es que los policías descubrieron que los chalecos antibalas no les protegen lo suficiente, tal y como explicó a la TV checa, Zdeněk Drexler, presidente de los Cuerpos de Seguridad.
El chaleco antibala defectuoso, foto: ČT
“En caso de que una bala pegue en el borde del chaleco, ésta seguiría
su trayectoria. Entraría como un cuchillo en la mantequilla, causando la
muerte del policía“.
El problema es de tal magnitud que funcionarios, sindicalistas y oficiales del Cuerpo de Policía piden que se cambien las condiciones que rigen para la compra de pertrechos para las fuerzas de seguridad.
Foto ilustrativa: ČT
Indican que en caso de una licitación o una reclamación rigen las mismas
condiciones que se aplican durante la compra de un hornillo de microondas o
un lavavajillas.
El portavoz de la Policía, Jozef Bocán, explicó que han presentado una queja a la empresa que suministró los chalecos.
Jozef Bocán, foto: ČT
“Le pedimos a la empresa que confeccionó los chalecos antibalas que los
reciba de vuelta, porque de lo contrario rescindiremos el contrato”.
Una situación similar se registró en el pasado en el Ministerio de Defensa. Las Fuezas Armadas compraron más de 2.000 chalecos, que resultaron defectuosos y la reclamación terminó ante los Tribunales.