Los dos checos detenidos por Turquía pueden ser acusados de terrorismo

Markéta Všelichová y Miroslav Farkas, foto: Sirnak Police, Mete Sohtaoğlu

Los dos ciudadanos checos detenidos la semana pasada por Turquía pueden ser enjuiciados por sospechas de terrorismo. Ankara sostiene que Miroslav Farkas y Michaela Všelichová realizaron actividades de “propaganda terrorista” y de pertenecer a la milicia kurdosiria YPG que las autoridades turcas califican de organización terrorista.

Markéta Všelichová y Miroslav Farkas,  foto: Sirnak Police,  Mete Sohtaoğlu
Durante un operativo en la provincia de Sirnak, en el sureste de Turquía, una unidad antiterrorista turca detuvo a dos ciudadanos checos que trataban de cruzar a Irak el jueves pasado.

A Miroslav Farkas y Michaela Všelichová se les imputa de ser miembros de la milicia kurdosiria YPG y de organizar el envío de miras telescópicas de infrarrojo y material sanitario para la guerrilla.

En declaraciones a la TV Checa, anteriores al arresto, la pareja reconoció su papel de voluntarios internacionales. Ya habían estado en la región, e intentaban recaudar fondos para un hospital de campaña.

Michaela Všelichová dijo ante las cámaras que en aquella parte del mundo había aprendido a vivir, y que no descartaba la posibilidad de trasladarse de manera permanente.

“Cuando la gente se entera de que voy a viajar a un lugar donde hay árabes y kurdos, tratan de persuadirme. Me dicen, te van a matar, te van a violar. Pero no es así, cuando estoy allá, y ven que soy una chica, todos tratan de ayudarme, todos son muy buenos”.

Lubomír Zaorálek,  foto: Filip Jandourek,  ČRoo
El razonamiento de los jóvenes checos responde a una situación, quizás típica para las personas de espíritu aventurero, que llegan a perder el miedo ante el peligro, y eso conlleva a graves consecuencias, indicó Adam Dolnik, experto en temas de terrorismo.

“Si usted es joven y sin hijos, llega a tener la sensación de que no le puede pasar nada malo. Todos le advierten que el lugar escogido para viajar es muy peligroso, pero después de cierto tiempo se pierde el miedo. Ese es el momento de mayor peligro”.

La situación de los checos detenidos por Turquía mantiene en vilo a la diplomacia en Praga, que trata de conseguir la extradición de sus ciudadanos. No obstante, el ministro de RR.EE., Lubomír Zaorálek, hizo un llamado a la cordura.

“Somos un país libre, por eso no podemos decirle a nuestros ciudadanos a dónde pueden o no viajar. Pero me da la impresión de que en el último tiempo muchos de nuestros conciudadanos se arriesgan más de lo que aconseja el sentido común”.

Expertos en temas de la región sostienen que lo ocurrido es un asunto peliagudo. Para los políticos occidentales la milicia kurdosiria YPG es un aliado en la lucha contra el llamado Estado Islámico, pero para Turquía no es otra cosa que una organización terrorista. Partiendo de la tensión reinante entre Ankara y la Unión Europea, las autoridades turcas pueden aprovechar el caso para acusar a Occidente de intromisión.