Los checos consumen menos bebidas alcohólicas fuertes

Los checos cambian su estilo de vida. A diferencia de los años anteriores consumen menos bebidas alcohólicas fuertes, y se inclinan más hacia el vino y bebidas con bajo porcentaje de alcohol.

Las grandes fábricas licoreras registran desde hace algún tiempo una notable disminución de las ventas. Según sociólogos, los checos intentan proteger más su salud y trabajan más horas, lo que les impide dedicar tiempo al relajamiento y reuniones amistosas.

Además, el Gobierno aprobó este año un aumento del impuesto al consumo de bebidas alcohólicas. Para mantener los precios, los productores disminuyen el porcentaje del alcohol en sus productos. Mientras que hace poco el porcentaje de alcohol en los destilados era de un 38 por ciento, actualmente es de un 26 por ciento.

También la cerveza registra cierto descenso de popularidad, pese a que los checos siguen siendo los mayores consumidores de esta bebida a nivel mundial.

"Cada día voy al trabajo en automóvil, lo que me impide tomar durante la semana laboral. Cuando los fines de semana me reúno con mis vecinos, tomo vino tinto que es mi bebida favorita".

"Cuando salgo a una taberna o restaurante, siempre bebo cerveza. A mi juicio, es la mejor del mundo. Pero cuando viajo a otros países, por ejemplo, a Francia o al sur de Europa, tomo vinos".

"Soy un hombre ocupado, pero cuando salgo con mis amigos o colegas a un restaurante, tomo cerveza. Me gusta también el vino, pero en los restaurantes checos raras veces disponen de buenas marcas".

En la República Checa registran actualmente gran auge los productores de vinos y de champán, que con expectativas esperan la llegada de las fiestas de Navidad y del fin de año.