La República Checa deja de ser el destino favorito para rodar películas

Las Crónicas de Narnia

Desde hace cinco años el número de producciones cinematográficas extranjeras que se ruedan en suelo checo no deja de descender. La causa es la aplicación de ventajas financieras por parte de otros países europeos, que ha convertido la República Checa en un país caro para filmar.

La Puerta Pravčická en Las Crónicas de Narnia
Desde los 90, con la privatización de la industria cinematográfica checa, el país se convirtió en uno de los lugares más populares para producir todo tipo de películas. En Chequia se rodaron por ejemplo ‘Misión Imposible’, ‘Casino Royale’ o ‘Las Crónicas de Narnia’.

Sin embargo, en los últimos años la tendencia es negativa. Cada vez se filman menos producciones extranjeras, con los consecuentes efectos negativos sobre la industria cinematográfica nacional. Mientras que en 2004 el rodaje de películas no checas supuso una entrada de capital de casi 200 millones de euros, en 2008 la cifra no llegó a los 40 millones.

La causa hay que buscarla en la política seguida por otros países europeos de ofrecer ventajas financieras a las productoras. Actualmente muchos gobiernos han optado por descuentos fiscales, por un lado, y por la devolución de una parte de las inversiones, por el otro. Así por ejemplo, Irlanda retorna el 28 por ciento del dinero gastado en el país, y el mayor rival de los checos, Hungría, el 25 por ciento. En opinión del director de la Cámara Checa de Cine, Petr Mošna, es necesario lanzarse a políticas parecidas.

Praga en Casino Royale
“Es un asunto clave. Porque todos los grandes estudios, todas las grandes productoras valoran los estímulos financieros, o la financiación compartida de los proyectos. Si un país no utiliza estas herramientas, las productoras se irán al poco tiempo”, señaló.

Por su parte, desde la Czech Film Commision se considera que la industria cinematográfica checa es de alta calidad y que con este tipo de incentivos estatales podría recuperar fácilmente la competitividad perdida. Nos lo cuenta la directora de la institución, Mila Klausová.

“En 2004, antes de que los húngaros comenzaran con sus apoyos financieros al cine, la República Checa era un destino puntero en el mundo. Estábamos por delante de los otros países tanto en calidad de las infraestructuras como en formación y número de especialistas. Podíamos organizar varias grandes producciones al mismo tiempo, mientras que los húngaros todavía no eran capaces. Y todavía tenemos mucho que ofrecer”, explicó Klausová.

El Gobierno tratará el tema de los incentivos a las producciones cinematográficas extranjeras en septiembre. De momento el Ministerio de Finanzas ha adelantado que no contempla descuentos fiscales y que el camino será la cofinanciación.