La crisis interna de Europa es más peligrosa que el terrorismo islámico

Lubomír Zaorálek, foto: Filip Jandourek

El ministro de RR.EE, checo, Lubomír Zaorálek, considera que la crisis de los principios democráticos que se cierne sobre Europa es más peligrosa que el terrorismo islámico. El jefe de la diplomacia indicó que Chequia debe prestar mayor atención a los acontecimientos del Viejo Continente.

Lubomír Zaorálek,  foto: Filip Jandourek
La política exterior de EE.UU., el Brexit y las pugnas en la Unión Europea, estos fueron algunos de los temas debatidos por un grupo de diplomáticos, empresarios y políticos este martes en la Cancillería checa.

El propósito de la conferencia fue tratar de definir cuáles son los intereses de Chequia en el contexto mundial de nuestros días.

En declaraciones a la TV Checa, el ministro de RR.EE., Lubomír Zaorálek, expresó de manera categórica que Chequia debe preocuparse por lo que ocurre en Europa.

“Considero que nuestro destino y nuestra autorrealización se encuentran estrechamente vinculados con el futuro de Europa. Nos puede preocupar lo que ocurre en EE.UU. y China, pero lo que realmente debe interesarnos es lo que sucede en Europa”.

Si bien el mundo se ve afectado por el terrorismo, Zaorálek enfatizó que Europa debe hacer frente a otra gran amenaza que ha puesto a tambalear sus cimientos.

“El mayor peligro no son las bandas de terroristas islámicas, pero la crisis interna que percibimos aquí (en Europa). Tenemos dificultades de gobernabilidad y problemas para mantener en funcionamiento nuestro sistema económico y democrático”.

Hynek Kmoníček,  foto: Prokop Havel,  ČRo
Los expertos reunidos en la Cancillería analizaron el papel de Chequia en el contexto continental. El jefe de política exterior del Despacho presidencial, Hynek Kmoníček, dijo a la TV Checa que en su andar por Europa, la República Checa ha tratado durante muchos años de explicar que los checos son eslavos occidentales.

“Desde el punto de vista geopolítico, la República Checa se encuentra entre Alemania y Rusia, pero es un país occidental, y así debería ser comprendido y tratado por los aliados de Occidente”, expresó Kmoníček en su explicación sobre el futuro de Chequia en el contexto europeo.

Kmoníček y Zaorálek coincidieron en que los checos no son alemanes ni rusos, pero que se encuentran más cerca de Alemania, la locomotora europea, que de Moscú.