"Historias de la injusticia" del régimen comunista captan el interés de los escolares

A la celebración de los próximos comicios, irán por primera vez a las urnas electores que no vivieron el régimen comunista. Acercar mediante documentales a los jóvenes checos este período aún no tan lejano de la historia checa que a veces ni siquiera los adultos quieren recordar es el objetivo del proyecto"Historias de la injusticia", cuya segunda edición organiza en este mes de noviembre la ONG checa "Hombre en Emergencia".

"No es verdad que los jóvenes no se interesen por esta época", afirma el director del proyecto "Historias de la injusticia", Karel Strachota.

"Todo lo contrario. Creo que incluso los alumnos de las escuelas básicas reaccionan con mucha emoción a los documentales que proyectamos. La mayoría de los debates que se realizan después de cada proyección es espontánea, los niños no tienen miedo de preguntar. Hubo debates que duraron dos horas".

El año pasado los organizadores incitaron a los alumnos a buscar las historias de la injusticia en su entorno. Lukás Kaplan y sus compañeros del liceo de Lanskroun preguntaron a sus abuelos y luego en la prensa descubrieron a Milos Martínek, que fue obligado a pasar en los años 50 una parte de su vida en un campo de trabajos forzados por haber hablado en una reunión en su fábrica sobre su fe. Lukás Kaplan sostuvo que el señor Martínek se mostró muy complaciente cuando los estudiantes le solicitaron que les contara su experiencia.

"Pienso que en general este período se descuida bastante, pero en nuestro liceo le dedicamos mucha atención. Tenemos una excelente profesora de historia".

En el proyecto "Historias de la injusticia" participó asimismo Alena Simánková, del Archivo Nacional, cuyo padre también fue preso político. A pesar de convivir trabajando con las actas de los juicios de los 50 desde hace varios años, el destino de los condenados no le deja de sorprender, como por ejemplo, el caso del traductor Václav Kvícera.

"Fue ejecutado en el año 1957. La sentencia fue pronunciada por el Tribunal Supremo en el proceso del juicio de primera y a la vez de última instancia. Ello significa que no tuvo la posibilidad de recurrir a la apelación. A finales del año, después de las Navidades, fue condenado a la pena capital, que se ejerció inmediatamente en tres semanas. Me parece bastante curioso dado que se escribía ya el año 1957. No asesinó a nadie, lo acusaron de espionaje".

Karel Strachota opina que el período del régimen comunista sigue siendo un tema controvertido para la sociedad checa.

"Varias veces nos dijeron en algunas escuelas: El proyecto está bien, pero tenemos un poco de miedo, podría despertar reacciones negativas. Para ello tengo una única respuesta: Cada año salen de las escuelas checas alumnos que no vivieron esa época. Pues, no hay por qué esperar".

Los organizadores estiman que este año se ha incorporado al proyecto "Historias de la injusticia" una de cada siete escuelas checas.