En la República Checa anteponen la seguridad a la libertad

Stanislav Gross

La mayoría de los ciudadanos de la República Checa aceptaría ver limitados sus derechos y libertades a cambio de garantías de seguridad ante la eventualidad de ataques terroristas. A este resultado condujo una encuesta relámpago realizada en el país un día después de que el presidente Václav Havel hablara de modificar el concepto de los derechos humanos tomando en consideración el atentado contra Estados Unidos.

El 83 por ciento de los checos no vería con malos ojos el incremento de las competencias de la policía y el fortalecimiento de los servicios de inteligencia con "por ejemplo- una mayor aplicación de la escucha de teléfonos y otras medidas que limitarían sus derechos y libertades, siempre y cuando todo ello contribuyera a incrementar la seguridad ciudadana y del país ante ataques terroristas. Pero al mismo tiempo, el 70 por ciento de los encuestados discrepa de la opinión de que lo más conveniente para el país en la lucha contra el terrorismo sería "un gobierno de mano dura".

El ministro del Interior, Stanislav Gross, está plenamente de acuerdo con que los servicios de inteligencia del país tengan acceso a los registros de llamadas telefónicas de la población. Y el titular aclara al respecto que no se trata de aumentar las competencias de esos servicios, sino de permitirles realizar lo que hacían en el pasado.

En cambio, los jueces del Tribunal Constitucional han declarado que el Estado checo está obligado a garantizar la seguridad de sus ciudadanos, pero no en detrimento de los derechos y libertades de éstos. Esta opinión también la comparte la mayoría de los diputados checos, quienes consideran que "el fin no justifica los medios" en la lucha del país contra el terrorismo.

La cuestión de limitar los derechos y libertades ciudadanas a cambio de garantías de seguridad también empezó a ser discutida en la República Checa a raíz de los ataques terroristas contra Estados Unidos.

Autor: Mónica Villegas Gallego
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