El Slavia quedó con un pie fuera de la Liga de Campeones

Una derrota inapelable, que incluso pudo haber sido mayor, recibió el Slavia de Praga en su visita a Florencia, donde el equipo local, la Fiorentina, impuso su ritmo y jerarquía y venció fácilmente por 2-0.

Adrian Mutu y Alberto Gilardino, las dos máximas estrellas de la Fiorentina, le dieron al cuadro italiano una cómoda victoria en casa contra el Slavia de Praga, resultado que compromete seriamente las posibilidades del club checo de clasificar a la fase de grupos de la Liga de Campeones.

El entrenador del Slavia, Karel Jarolím, ya había manifestado antes del encuentro lo difícil que sería, sobre todo por el extraordinario poder ofensivo del conjunto local. Sus palabras resultaron proféticas.

“Entrar a jugar con miedo sería muy malo para nosotros, pero tampoco podemos olvidar el inmenso poder de ataque que tiene la Fiorentina: Gilardino, Mutu, Santana, Kuzmanovic, cualquiera de esos jugadores puede desequilibrar el encuentro en un segundo. Tenemos que ser muy cautelosos en partidos tan importantes”.

Una genialidad de Mutu se encargó de confirmar los presagios de Jarolím. Corrían los tres minutos, los jugadores aún no se sacudían la modorra, cuando el díscolo rumano lanzó una falta de manera magistral y sorprendió a un dormido Martin Vaniak, el portero del Slavia.

El segundo gol, otro balde de agua fría, fue parecido. Recién comenzaba el complemento cuando, tras un tiro de esquina servido por Mutu y una serie de rebotes y errores en el área chica, el balón le quedó servido a Gilardino, quien cabeceó suavemente a un costado de Vaniak, otra vez sorprendido.

Después la Fiorentina pudo aumentar, pero entonces el veterano Vaniak respondió mejor, para resarcir un poco lo anterior.

En dos semanas más se juega la revancha, en el nuevo estadio Eden de Praga. El Slavia necesita una victoria de dos o más goles para seguir soñando. Siempre que Mutu, Gilardino y la pléyade de jugadores sudamericanos de la Fiorentina lo permitan.

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