El reciclaje de botellas de plástico, una gran afición de los checos

Foto: Comisión Europea

La cantidad de botellas de plástico que se reciclan en la República Checa se incrementa todos los años. Los checos ocupan el cuarto lugar a nivel europeo en la separación de las botellas de plástico, pudiendo ser calificada esta actividad como una verdadera afición nacional.

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Pañales desechables para bebés, alfombrillas para los automóviles, así como diversas prendas de vestir. Todo esto se fabrica gracias al reciclaje de las botellas de plástico. En la República Checa se recicla el 70% de las botellas de plástico que se venden en el mercado nacional. Esto es sumamente beneficioso, ya que este tipo de plástico no se descompone en la naturaleza.

Para la mayoría de los checos resulta natural tomar parte activa en la protección de la naturaleza a través de la separación de desechos. Cada checo produce unos 200 kilos de basura al año. Al separarla, más de la tercera parte puede ser reciclada. Anualmente cada persona puede separar 30 kilos de papel, 26 kilos de plásticos y 15 kilos de vidrio.

Más de la mitad de la basura que cada año se recicla en Chequia la representan las botellas de plástico. Estas son recogidas en unos contenedores de color amarillo, instalados tanto en las grandes ciudades como en los pueblos más pequeños. Los centros de reciclaje procesan cada mes centenares de toneladas de botellas de plástico, según afirma Josef Hejl, director de la compañia de procesamiento de desechos Petka.

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”Nuestra compañía procesa mensualmente unas 550 toneladas de botellas de plástico. En la primera fase hay que descomponer las botellas, y el resultado final es un material plástico que se asemeja al que se elabora mediante procesos químicos para su posterior aprovechamiento en la fabricación de diversos productos”.

Como añade Hejl, los parámetros para el reciclaje son muy rígidos y la calidad del material obtenido en base a las botellas descompuestas debe responder a la del plástico original.

Algunas personas aprovechan las botellas de plástico para otros fines, como por ejemplo el señor Albert Fikáček, de la ciudad de Brno. Con este tipo de envases construye un catamarán con el que en septiembre próximo pretende cruzar el Mar Mediterráneo. La embarcación tendrá un tamaño de 6 por 6 metros y durante la navegación de unos 1600 kilómetros llevará a bordo a cuatro personas. El viaje conducirá desde Italia del Norte a través de Córcega y Cerdeña hasta Argelia. Para realizar su plan, el señor Fikáček necesita reunir 3.000 botellas de plástico, en cuya recogida le ayudan alumnos de varias escuelas de Moravia.