El primer ministro dice que el examen de bachillerato está muerto

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El examen de bachillerato divide a los políticos del oficialismo. Mientras que unos proponen que se elimine por completo, otros aseguran que todavía se puede salvar. El primer ministro Petr Nečas fue contundente al decir que el método actual está muerto, por lo que resulta necesario aplicar cambios radicales.

Los exámenes de bachillerato representan el momento de mayor estrés para los estudiantes y sus padres. Del resultado de la prueba depende mucho el futuro de la joven generación, para unos significará la continuación de estudios superiores, mientras que para otros su integración al proceso laboral.

Este año la pesadilla fue aún más espeluznante. Después de anunciar un nuevo examen de bachillerato, que expertos pulieron durante casi dos décadas con una inversión millonaria, las pruebas resultaron defectuosas y peor aún su evaluación.

Más de 2.000 estudiantes presentaron quejas por las resultados elaborados por la comisiones de evaluación. El presidente de la Comisión de Escuelas, Radek Cikl, dijo a la Radiodifusión Checa que el descontento es enorme.

Pavel Zelený,  foto: ČTK
“El aumento de las quejas es de más del 50% en comparación con el año pasado. En la mayoría de los casos se trata de la evaluación de los exámenes de idioma checo, los estudiantes denuncian que en muchos que no siempre se procedió de manera objetiva”, indicó Cikl.

Ante la situación surgida, el nuevo ministro de Educación, Petr Fiala, destituyó a Pavel Zelený, director de Cermat, la entidad responsable de la elaboración y evaluación de los exámenes de bachillerato.

Fiala, un hombre de confianza del Primer Ministro Nečas, asegura que no propondrá una nueva ley, ya que considera que una serie de enmiendas serán suficientes para rectificar los problemas surgidos.

Petr Nečas
El jefe del Gobierno ha sido contundente en sus declaraciones. Petr Nečas aseguró que el método utilizado está muerto y que es necesario aplicar cambios radicales.

El método utilizado fracasó porque no cumplió los objetivos trazados, como por ejemplo, nivelar a las escuelas secundarias y reemplazar los exámenes de admisión para las universidades.

En el oficialista Partido Cívico Democrático (ODS) el pulso está a cargo de los que proponen la eliminación del examen como tal y los que insisten en que todavía se puede salvar.

En las filas de la oposición existen también opiniones encontradas y mientras que el jefe del Gobierno pide una solución a más tardar a finales del otoño, los estudiantes seguirán presentando quejas para tratar de despertar de la pesadilla conocida como examen de bachillerato.