El Ejército Checo somete a cura sus enfermedades

Jaroslav Tvrdík

Los resultados de la "radiografía" a la que hace poco se sometiera a las Fuerzas Armadas de la República Checa ha preocupado tanto a los expertos norteamericanos que posiblemente impidan la próxima ronda de ampliación de la OTAN prevista para la cumbre de esa organización a efectuarse el año próximo en Praga.

De lo sublime a lo ridículo cabe decir que va el Ejército Checo en lo que se refiere a su capacidad defensiva y disposición por una parte, y su derroche de dinero y burocracia por otra. No es de extrañar entonces que los congresistas de Estados Unidos, que en días pasados tuvieron a su cargo la inspección del estado general del Ejército Checo, llegaran a la conclusión de que comprenderían que la OTAN desistiera de ampliarse el año próximo.

Es imposible pasar por alto el mal efecto que causaron la caída de una ametralladora de un helicóptero militar Mi-24, y el risible episodio del traslado de los cuatro carros blindados obsoletos que debían proteger la sede de la emisora Radio Europa Libre/Radio Libertad, y que han sido protagonistas de innumerables fotos de lugareños y de turistas extranjeros a causa de sus evidentes defectos técnicos. Y por si fuera poco, el reciente accidente del helicóptero Mi-8S con el astronauta norteamericano, Eugen Cernan, y el cosmonauta checo, Vladimír Remek, a bordo.

Sin embargo, tampoco se puede pasar por alto lo airoso que salió el Ejército Checo de pruebas de envergadura como la operación de desembarco en Macedonia, la protección de centrales nucleares de eventuales atentados, y los pasos encaminados a la protección contra posibles ataques bioquímicos.

En el informe hay de todo: críticas y alabanzas. Las críticas tienen por principal destinatario al aparato militar checo "a lo dinosaurio" por lo innecesariamente grande, burocrático, costoso y pasado de moda, y las alabanzas, a los soldados checos en general por su buena disposición, y a la unidad de fuerzas especiales.

El ministro de Defensa checo, Jaroslav Tvrdík, terminó por reconocer lo que hacía mucho tiempo llevaba advirtiendo: que los resultados de la gestión económica de las empresas de reparación y mantenimiento de armas y técnica militar son insostenibles. El ministro está dispuesto a ponerle coto al derroche de recursos reduciendo el número de dichas empresas, y también la plantilla de los empleados civiles de esa cartera.

Autor: Mónica Villegas Gallego
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