El canal de TV Nova enfrenta a empresarios checos y norteamericanos

La guerra por la televisión continúa. Nova se convirtió en el canal comercial con mayor televidencia en el desaparecido bloque soviético. Hoy, el principal inversor norteamericano acusa a la República Checa de no proteger las inversiones extranjeras, mientras que el gerente checo ha izado la bandera del nacionalismo.

El norteamericano Ronald Lauder puso el dinero, mientras que el ciudadano checo Vladimir Zelezny puso su nombre y la logística. El canal Nova se convirtió de la noche a la mañana en el de mayor televidencia en el mundo poscomunista provocando la envidia de similares en occidente.

Seis años después del surgimiento del canal las fricciones internas enfrentaron a Lauder, dueño de los equipos e inmuebles, y a Zelezny, quien además de gerente es propietario de la la licencia y figuraba como mayor accionista de la empresa de servicios y de gestión.

Tras la ruptura de la sociedad, el Lauder se quedó con los equipos pero sin licencia, mientras que el señor Zelezny compró equipos para utilizar su licencia, quedándose además con el logotipo comercial y frecuencias.

El conocido hombre de negocios Ronald Lauder acusó a la República Checa de violar el acuerdo sobre la protección de inversiones firmado en 1992 con EE.UU. y exigió una auditoría internacional y presentó una queja ante el Congreso norteamericano.

La secretaria de Estado, norteamericana, Madeleine Albrigth, durante su última visita a Praga hizo una consulta al respecto a los principales políticos checos que aseguraron que pronto se daría una solución satisfactoria al problema.

No obstante, el señor Zelezny anunció esta semana que tiene pruebas que testimonian que los antiguos socios norteamericanos pretendían apoderarse por la fuerza de las transmisiones del canal Nova, al tiempo que sostiene que los ataques de Lauder contra su televisión, son ataques contra la República Checa.

En caso de que internacionalmente se demuestre que los inversores norteamericanos tienen razón, los contribuyentes checos deberían pagara una indemnización de varios millones de dólares.

Autor: Federico Picado
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