El babybox ha salvado ya a cientos de bebés abandonados

Людвиг Гесс, фото: Tomáš Adamec, Чешское радио

El babybox, un tipo de incubadora pensada para depositar bebés de forma anónima, fue introducido en Chequia hace 15 años. Desde que se instaló la primera caja en el país se ha salvado la vida de 200 niños.

Ludvík Hess | Foto: Tomáš Adamec,  Český rozhlas

El sistema del babybox fue introducido en Chequia en 2005 por el periodista Ludvík Hess, con el propósito de evitar abandonos de niños en malas condiciones e infanticidios. Originalmente se trataba de un pequeño proyecto y se suponía que se iban a instalar solo en las ciudades de Praga y Brno. Ahora hay 76 instalaciones de este tipo en diferentes lugares del país, como apunta el fundador Hess.

Babybox | Foto: Lucie Maxová,  Český rozhlas
“Cuando abrí el primer babybox el 1 de junio de 2005 en ocasión del Día Internacional del Niño, supuse que habría unos dos, uno en Praga y otro en Brno, cinco como máximo”.

Recientemente fue colocado en un babybox un niño recién nacido en Blansko, Moravia del Sur. Se trata del bebé número 200 en ser abandonado de esta manera en la República Checa, como confirma Hess.

“Este número no es una razón para festejar. Es una cifra que más bien indica la necesidad de los 'babyboxes'. Al mismo tiempo, me alegra que mi trabajo tenga sentido”.

Los babyboxes son incubadoras instaladas cerca de un centro médico, y accesibles desde la calle. Cuando se coloca un bebé en la caja, se enciende la calefacción y ventilación del aparato, y se avisa de manera automática al personal médico. El niño es atendido de inmediato y, si los padres no se presentan, se inscribe en la lista para adopción.

Foto: Milena Štráfeldová
Los primeros registros de abandono anónimo de niños recién nacidos se remontan a la Antigüedad. En la Antigua Roma era bastante común dejarlos en lugares públicos, como los mercados municipales, por ejemplo, cuando las madres no eran capaces de alimentarlos.

Las primeras instalaciones tipo babybox fueron encargadas por el papa Inocencio III en 1198 frente a los monasterios de los Estados Pontificios. Se trataba de unas cajas en frente de la puerta del monasterio, donde se podía colocar un bebé y tocar la campana para que las monjas vinieran a recogerlo.

Ludvík Hess, autor del babybox checo, sigue reuniéndose con los niños abandonados.

“Estaba muy emocionado cuando conocí a una niña que fue abandonada en un babybox en la ciudad de Kladno. Hoy tiene 10 años. Sabe que viene de un babybox, y está orgullosa de ello. Cuando me dijo que me amaba, me conmovió tanto que empecé a llorar”.

Hess planea colocar más babyboxes en tres diferentes ciudades de Chequia. Sin embargo, todavía se encuentra con opiniones críticas sobre las instalaciones. Y esto a pesar de que su funcionamiento no cuesta casi nada, lo único que necesitan es electricidad.

Foto: Pavla Sofilkaničová,  Č
“Tengo una tarea más. Quiero seguir instalando babyboxes en Chequia. Planeo hacerlo en las ciudades de Žďár nad Sázavou, Louny y Tachov. También quiero reemplazar las 18 cajas más antiguas por otras nuevas”.

Después de que un niño haya sido colocado en un babybox, el caso es tratado por la Autoridad de Protección Social y Legal de Niños, que está encargada de elegir a unos padres de la lista de solicitantes de adopción. Solo en cinco casos de los 76 que se han registrado en Chequia, la madre volvió para cuidar del niño.

La sociedad checa está dividida en dos campos de opiniones sobre los babyboxes. Los defensores del sistema sostienen que los bebés serían maltratados, asesinados o puestos en contenedores en la calle si no fuera por los babyboxes, mientras que los opositores argumentan que estos niños nunca tendrán la posibilidad de conocer a sus padres biológicos, que deben permanecer anónimos.