Director de ‘El Sueño Checo’ trae a Praga el arte total de Cuba

Filip Remunda

El arte más ecléctico y experimental de la isla cubana se presentó el miércoles en el Café Peña de Praga. El cineasta Filip Remunda, director de ‘El Sueño Checo’, trajo al grupo Omnium Zona Franca para realizar en la República Checa una serie de presentaciones.

Filip Remunda
Los cubanos Omnium Zona Franca tuvieron su espacio la noche del miércoles en el pequeño café cubano de Pepe Peña Brito. Esta agrupación de intervención pública, como a ellos les gusta autodenominarse, llegó gracias al papel e influencia del conocido director checo, Filip Remunda, que conoció el trabajo de Omniun en Cuba durante el rodaje de su último documental. Omnium son cuatro hombres, cuatro artistas que definen su trabajo como el de arte total. No son músicos, ni poetas, ni cineastas, lo son todo y todas las disciplinas les sirven para expresarse en una improvisación planificada que no deja al público indiferente. Uno de ellos, Luis Eligio Pérez, advierte que en el escenario puede pasar de todo.

“Se puede estar proyectando pedazos de cine que son narraciones paralelas a la presentación física, en vivo, en el espectáculo, y al mismo tiempo en el espectáculo ocurren danzas, ocurren cantos, se hacen rituales, se dicen poemas...Los poemas son a veces en sí mismos un ritual, se hacen instalaciones en el escenario, se hacen performance, en el sentido que suceden cosas vitales en el escenario”.

Foto: http://omniplastica.blogspot.com

Esta interdisciplinariedad se materializa en exposiciones, talleres y proyectos comunitarios donde Omnium aporta apoyo técnico, conceptual y también espiritual. Porque la agrupación cubana busca dos objetivos básicos, uno de ellos es el autoconocimiento y el otro es hacer un arte comprometido con la sociedad en la que surge. Lo explicaba otro de los componentes, Amauri Pacheco.

“Si bien las vanguardias lograron centrar la energía del arte en la vida, nosotros queremos ir un poco más allá. Es decir, que eso tenga un comportamiento en todo el sentido social y que tenga vitalidad dentro del proceso. Por lo tanto es un arte que se compromete con su realidad social, su realidad política, su realidad religiosa...Es un arte que trata de reinvertir el ritual, un ritual dador”.

El público asistente al Café Peña pudo gozar de una representación singular, plenamente onírica en la que las proyecciones, la poesía y la música se fundieron en un único espacio y momento. A pesar de llevar quince años en este trabajo, el grupo afirma que todavía les queda mucho por aprender y a La República Checa mucho que descubir de ellos. Los cubanos se quedarán un mes más en el país teniendo como próxima parada la ciudad de Tábor.