Cuatro jóvenes mueren en la peor tragedia de los rallies en Chequia

Foto: ČTK

Cuatro chicas de entre siete y veinte años fallecieron el sábado al ser arrolladas por uno de los participantes del RallyShow Uherský Brod. El accidente, el más trágico ocurrido nunca en la República Checa en competiciones de motor, reaviva el debate ya abierto sobre la seguridad de las pruebas de este tipo en el país, en una temporada aciaga para los rallies checos.

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Poco después de las 14:00 horas del sábado, al paso del RallyShow Uherský Brod por la pequeña localidad de Lopeník, cerca de la frontera con Eslovaquia, el piloto aficionado Michael Bartončík perdía el control de su vehículo y acababa en solo unos instantes con la vida de cuatro chicas.

Tres eran amigas de entre 18 y 20 años y la cuarta víctima, de tan solo siete años, era la hermana pequeña de una de ellas. Las jóvenes estaban viendo el rally, que pasaba por la puerta de su casa, cuando el vehículo se salió de la calzada tras un leve cambio de rasante a una velocidad que podría rondar los 150km/h.

Jana Macalíková, portavoz de la Policía de Zlín, informó de que se barajan todas las variables posibles, desde un fallo del piloto a una avería en el vehículo.

“La investigación policial de accidentes así de trágicos es muy larga, puede durar varias semanas o meses. Nos puede ayudar una grabación hecha desde otro de los autos que pasó por el lugar momentos antes, para saber dónde estaban exactamente las muchachas. Por supuesto, otra cuestión clave de la investigación será el estado técnico del vehículo”.

El piloto, un famoso abogado de Brno, que compite en rallies desde hace diez años con su hermano como copiloto, culpa a un golpe de viento, que unido al cambio de rasante, hizo perder la adherencia a su Mitsubishi Lancer en plena recta, provocando un derrape incontrolable que le hizo salirse de la calzada, según su propio relato a la Policía. El auto finalmente se detuvo al chocar contra la acera y la valla de una vivienda, hiriendo a otras dos personas de gravedad, que se encuentran estables hospitalizadas con numerosas fracturas.

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En todo caso, en una competición de motor con el tráfico cerrado, el exceso de velocidad o un error de pilotaje nunca pueden ser tomados en consideración como responsabilidad del conductor, tan solo el estado técnico de su vehículo.

El debate sobre la seguridad de los rallies es tan antiguo como actual. Fuera de los circuitos de velocidad, es siempre complicado establecer qué zonas son seguras y cuáles no, pero en la República Checa hay por desgracia más víctimas que lamentar que en la mayor parte de países. En la última década, además de 12 competidores, han fallecido 15 espectadores, el último hace tan solo dos meses en el Barum Rally de Zlín, no lejos de Lopeník.

La Federación de los Deportes de Automóvil checa lamenta que la primera causa de las tragedias de este tipo es la indisciplina del público al infravalorar los riesgos de este deporte. Esta semana se reunirán de forma extraordinaria para tratar de nuevo de hallar soluciones que acaben con el goteo funesto de víctimas.

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