Chequia preocupada por la fuga de maestros cerveceros

Foto: Pixabay, CC0 Public Domain

Mientras que las cervecerías checas no disponen de suficientes expertos en calidad de producción, los maestros cerveceros se van frecuentemente al extranjero buscando no solo una experiencia profesional, sino también un mejor sueldo.

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Ladislav Veselý,  foto: presentación oficial de la cervecera Uhříněves
Acabados los estudios, los jóvenes cerveceros checos prefieren aprovechar del buen nombre de la cerveza checa en todo el mundo, y buscan un empleo en el extranjero.

En consecuencia de ello, la Asociación de Minicervecerías ha registrado una escasez de candidatos al puesto de especialista en calidad de producción. Los maestros cerveceros recién formados se van del país no solamente en búsqueda de una experiencia profesional, sino que también les atraen los sueldos. Así se puede encontrar a cada vez más checos que trabajan en empresas japonesas, chinas o surcoreanas.

Ladislav Veselý, director de la cervecera Uhříněves, pasó seis años trabajando en Japón.

“Querían producir el mismo tipo de cerveza que hacemos en Chequia, y me pareció interesante que incluso experimentaban con la comida. Los cerveceros checos están en demanda, porque nuestra cerveza es muy específica. Tenía la impresión de que el mayor número de cerveceros venía de Chequia y de Alemania, y había también de Bélgica y de Canadá”.

Según sostiene el director de la Asociación de Minicervecerías Jan Šuráñ, el interés de las productoras extranjeras lleva a que estas examinen de manera activa las posibilidades de contratar a los especialistas checos.

“Ellos miran los datos sobre el consumo de cerveza y les resulta que la calidad tiene que ser alta si se bebe tanto. Entonces intentan contratar a un cervecero checo. Eso ocurre por ejemplo en el caso de los países como Japón y Filipinas. Recientemente también Corea del Sur se ha vuelto interesante en este sentido. Y tradicionalmente hay muchos que se van a Rusia, donde hay una gran demanda por la cerveza checa”.

Jan Šuráň,  foto: Pavel Kozler,  ČRo
El problema es que al mismo tiempo crece el número de minicervecerías. Ahora hay más de 400 productoras de un tamaño menor y cada semana se abre una nueva. Los cerveceros con experiencia tienen que trabajar frecuentemente para tres o cuatro empresas, explica Šuráñ.

“Se estima que hay unos 150 cerveceros realmente buenos y con experiencia. Hay también bastante cerveceros jóvenes. Sin embargo, estos van a demorar unos cinco, seis años en llegar a un cierto nivel profesional. La solución más común es tener a empleados que dispongan de experiencia suficiente y se encarguen de la calidad de producción en tres o cuatro empresas”.

Algunos expertos sostienen que el número de minicervecerías podría llegar hasta a 1.000 en un par de años. A pesar de ello, la cantidad de cerveza consumida ha bajado. Según las estadísticas, los checos consumieron en 2017 en promedio unos 138 litros de cerveza. Se trata del número más bajo en los últimos 50 años.

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