Chequia dará unos ocho millones de euros para detener la migración

Andrej Babiš, foto: ČTK

El Grupo de Visegrád, integrado por Chequia, Polonia, Hungría y Eslovaquia, destinará unos 35 millones de euros para detener la ola migratoria a Europa. Chequia aportará ocho millones.

Andrej Babiš,  foto: ČTK
La cumbre de la Unión Europea en Bruselas demostró nuevamente que los puntos de vista de los países miembros sobre el problema migratorio difieren, sobre todo en lo relativo al tema de la acogida de los migrantes. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, advirtió con anterioridad que los países comunitarios deberían aceptar el mecanismo de la redistribución de los migrantes en base a unas cuotas obligatorias, tal como está contenido en el proyecto de reforma del sistema de asilo comunitario.

Poco antes de iniciarse los debates sobre la migración, los países del grupo de Visegrád, al que pertenecen Chequia, Polonia, Hungría y Eslovaquia, reiteraron su rechazo a las cuotas obligatorias, al tiempo que ofrecieron una ayuda financiera de unos 35 millones de euros para frenar el flujo de los migrantes a Europa a través de Libia, como indicara el nuevo primer ministro checo, Andrej Babiš.

”Nosotros iniciamos las deliberaciones ya en la mañana con una reunión de coordinación de los jefes de Gobierno del Grupo de Visegrád, en la que hemos acordado y confirmado participar en el proyecto libio. Este responde a nuestra estrategia de solucionar el problema de la migración fuera del continente europeo. Enviaremos dinero al fondo administrado por el Gobierno italiano que coopera con Libia en la protección de sus fronteras”.

La República Checa dará unos 8 millones de euros a ese proyecto. Éstos deberían ser utilizados tanto para una mayor protección de las fronteras libias como para ayudar a los migrantes en los puntos de detención en ese país, según recalcó Aleš Chmelař, Secretario de Estado checo para Asuntos de la UE.

Andrej Babiš y Donald Tusk,  foto: ČTK
”Nuestra contribución está destinada al proyecto que con el acuerdo de las autoridades libias promueve Italia en la frontera sur de ese país. Éste supone la instalación de puestos de control con el equipamiento técnico necesario en la frontera libia que es un punto muy expuesto. Justamente por allí los traficantes de personas llevan a los migrantes a Libia. El proyecto quiere impedir esto”.

El jefe del Gobierno checo, Andrej Babiš reiteró que las cuotas obligatorias no han aportado resultado positivo alguno sino que por el contrario llevan a la división de la Unión Europea.

El jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, indicó en la reunión que en caso de no llegarse a un consenso en el tema de la reforma del sistema comunitario de asilo, no es posible excluir que se proceda a una votación sobre el tema y decida la mayoría cualificada.

Otro asunto debatido en Bruselas fueron las sanciones económicas de la Unión Europea contra Rusia, en reacción a su procedimiento en la crisis ucraniana. Los países comunitarios coincidieron en prolongarlas por otros seis meses. También se habló del problema de Jerusalén. De acuerdo con Donald Tusk, la postura de la Unión Europea a este respecto no ha cambiado. Jerusalén debería ser la capital tanto de Israel como de Palestina, opinión en la que coincide asimismo el primer ministro checo, Andrej Babiš.