Chequia celebra el día de su patrón, San Venceslao

El cráneo de San Venceslao, foto: ČTK

La República Checa celebró este fin de semana el día de su patrón, el rey San Venceslao. Por primera vez desde 1945 el Paladio, imagen sacra nacional, recorrió en procesión las calles de Praga, y como cada año, miles de personas honraron al santo en el lugar donde fue asesinado, la ciudad de Stará Boleslav.

El cráneo de San Venceslao,  foto: ČTK
La celebración del día de San Venceslao, patrón de las tierras checas, comenzó un día antes, el sábado, en Praga, con una procesión religiosa de carácter excepcional, ya que fue presidida, además de por el cráneo incorrupto del santo, por el llamado Paladio. El relieve de la Virgen María, según la leyenda datado de los tiempos de San Cirilio y San Metodio, no había recorrido las calles de la capital checa desde 1945.

La procesión partió de la catedral de San Vito, en el Castillo, y paró en la iglesia del Niño Jesús de Praga y la iglesia de Nuestra Señora de Týn, en la Ciudad Vieja, para acabar frente a la estatua de San Veceslao que domina la plaza del mismo nombre, junto al Museo Nacional.

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El domingo las celebraciones se trasladaron a Stará Boleslav, la ciudad donde San Venceslao fue asesinado y el lugar de peregrinación más antiguo relacionado con este rey checo y el culto mariano. Es precisamente aquí donde tiene su sede el Paladio y donde cada año miles de peregrinos y numerosas figuras públicas acuden a rendir homenaje al patrón nacional.

Como es habitual, el acto central fue una misa solemne que contó con la presencia de todos los obispos de la República Checa y que fue presidida por el arzobispo de Praga, Dominik Duka. El primado de la Iglesia Católica checa recordó la importancia de la figura de San Venceslao para las actuales generaciones.

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“San Venceslao se ha convertido en un modelo para cada ciudadano de este país, ya que las viejas leyendas dicen que somos su familia. Las otras naciones nos envidian un poco por eso”.

San Venceslao fue el tercer príncipe de la dinastía de los Premislitas que gobernó las tierras checas, probablemente entre los años 925 y 935. Es considerado junto a San Procopio, San Cirilo y San Metodio como uno de los mayores propagadores del cristianismo entre los checos, pueblo que entonces aún conservaba en algunos lugares su religión pagana original.

El rey Venceslao I de Bohemia fue también responsable de una política pro alemana, de subordinación al Sacro Imperio Germánico, como resultado de su derrota militar frente a Enrique I el Pajarero y a su pretensión de contar con ayuda alemana para evangelizar las Tierras Checas.

Miloš Zeman,  foto: ČTK
El 28 de septiembre Venceslao fue asesinado por su hermano Boleslao por motivos que aún resultan oscuros a los historiadores y en los que podría predominar desde la ambición personal hasta una idea diferente de organización del reino. Poco después de su muerte comenzó su culto y su elevación a santo, algo impulsado paradójicamente por su hermano y asesino Boleslao I. Desde el siglo XI es considerado el patrón de Bohemia y Moravia.

La fecha es también curiosamente el cumpleaños del presidente de la República, Miloš Zeman, que por su parte se siente poco inclinado hacia el santo. El año pasado el mandatario declaró que más que símbolo del Estado Checo, el rey Venceslao representa la colaboración con el enemigo, en referencia a la política de docilidad respecto al emperador alemán.