Chequia allana su camino hacia Irán

Jan Mládek à Téhéran, photo: Ministère de l'Industrie et du Commerce

La venta de 250 tractores fue el mayor éxito de las negociaciones que mantuvo en Irán una delegación comercial checa, encabezada por el ministro de Industria y Comercio, Jan Mládek. El país situado en Oriente Medio se convierte en un socio muy atractivo tras el levantamiento de las sanciones de la UE, EE.UU. y la ONU, introducidas para detener la escalada nuclear iraní. La República Checa abrió en Teherán una sucursal de la empresa estatal CzechTrade, cuyo objetivo es fomentar las firmas nacionales en los mercados extranjeros.

Foto: Zetor
La venta de 250 tractores Zetor por un precio total de aproximadamente cinco millones de euros, es el triunfo más visible de la delegación checa que acaba de regresar de Irán.

Sin embargo, el ministro de Industria y Comercio, Jan Mládek, resaltó que el abanico de posibilidades comerciales en ese país es mucho más amplio.

“En la ciudad de Tabriz hay, por ejemplo, una fábrica que desea modernizar sus máquinas herramienta adquiridas hace 40 años. Por supuesto, Irán está interesado en modernizar también su red de ferrocarriles, en general, ya sea las partes superiores de la señalización, ya sea locomotoras y vagones”, indicó.

La perspectiva del sector de construcción y residuos

Jan Mládek en Teherán,  foto: archivo de la Oficina del Ministerio de Industria y Comercio
Naturalmente, en una potencia petrolera como Irán se habló mucho de la industria petroquímica, pero el ministro hizo hincapié en que se perfila también como muy prometedor el sector de la construcción iraní, ya que se prevé que la población de ese país aumente en unos diez millones de habitantes antes del año 2030.

Otro de los campos con un gran potencial es el de la depuración de aguas residuales, agregó el jefe de la Cartera de Industria y Comercio.

“Lo que más les preocupa e interesa a los iraníes es la purificación de aguas residuales y el residuo sólido urbano. En Tabriz nos decían que producen a diario mil toneladas de residuos y que no saben qué hacer. Falta por desarrollar allí un sistema de reciclaje, así que ese campo también ofrece grandes oportunidades”, dijo Mládek.

Calidad alemana por precio checo

Ofrecer una alta calidad a bajo precio. Ese es el mayor fuerte de las empresas checas, según destacó Jan Mládek en Teherán.

“Irán es una potencia regional. Tiene relaciones muy complejas con las potencias mundiales. Pero creo que a la parte iraní le gustó oír que podría recibir calidad alemana por un precio menor de un país que no discutirá con ellos sobre las condiciones políticas del negocio”, indicó.

Al igual que por ejemplo en Cuba, la República Checa sigue gozando de un buen renombre en Irán, con el que mantenía relaciones comerciales bastante estrechas en la época comunista, cuando exportaba a ese país, sobre todo, azúcar y cristal.

Hoy día Chequia espera resucitar las cifras de exportación hacia Irán, que el año pasado superaron apenas los 20 millones de euros.