Centrales nucleares checas no preparan nuevos tests de seguridad tras el desastre en Japón

Foto: ČTK

Las centrales nucleares checas son seguras y están preparadas contra todos los desastres naturales que son de prever por su localización geográfica. Esa es la opinión de los responsables de la energía atómica del país, mientras en la vecina Alemania se replantean el uso de una electricidad barata, pero peligrosa.

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Las explosiones en la central nuclear de Fukushima, provocadas por el tsunami que ha devastado gran parte de la costa este de Japón, han disparado también el miedo a la radiactividad en todo el mundo, algo que desde hacía años parecía en gran medida superado.

En Bruselas, expertos nucleares de la Unión Europea debaten este martes si Europa necesita tanto la energía atómica como para correr con el riesgo que supone siempre producirla. De los Veintisiete, 14 países miembros cuentan con centrales nucleares. Alemania y, la no comunitaria, Suiza el lunes se adelantaron siendo los primeros gobiernos en suspender proyectos nucleares como medida preventiva. Por lo que respecta a la República Checa, los responsables de la energía nuclear consideran que la situación de las centrales locales es de mucha mayor seguridad.

Dana Drábová
A pesar de las pocas probabilidades de que se produzca un terremoto de importancia en Chequia, las centrales están preparadas para soportar terremotos, por lo que dice la presidenta de la Agencia Estatal de Seguridad Nuclear, Dana Drábová,

“Esos fenómenos que pueden afectar negativamente al funcionamiento de la central son conocidos como ‘influencias externas’. Nosotros tenemos sobre todo en cuenta vientos fuertes e inundaciones. Pero por supuesto que también las condiciones sísmicas. Así que nuestras centrales están preparadas contra terremotos, para el máximo grado que por la zona en la que se encuentran se pudiera llegar a sufrir, según cálculos”.

Temelín
Austria, vecino del sur de la República Checa, y que no cuenta con energía nuclear, quiere que se lleven a cabo nuevas pruebas de seguridad en las centrales centroeuropeas, de las que no se fía. Sin especificarlo, se refiere sobre todo a las checas de Temelín y Dukovany, situadas ambas a decenas de kilómetros de su frontera, y por las que regularmente protesta.

Sin embargo, Petr Spilka, responsable de la segunda de las centrales checas, la de Dukovany, no considera necesarios nuevos tests. Opina que la seguridad está garantizada con varias fuentes de energía alternativas que aseguran la refrigeración de los reactores en caso de caída de la fuente principal, explica.

“Tenemos varias fuentes de alimentación eléctrica de emergencia garantizadas. Por un lado tenemos generadores diesel preparados y además dos centrales hidroeléctricas, que están cerca de la central nuclear, y que representan una gran reserva de agua, y por tanto de energía. Estas pruebas y ejercicios de seguridad son una parte de nuestro funcionamiento normal, así que las tenemos previstas, pero no en reacción a la catástrofe de Japón, éstas están planeadas con mucha antelación”.

Similares fuentes de energía de emergencia tiene también la central de Temelín.