Carteristas y rateros arrasan en Praga antes de Navidad

Фото: Йитка Грабанкова

La Policía checa ve con indignación e impotencia cómo Praga se convierte en una de las ciudades más inseguras en Europa en cuanto a los robos de poca monta, los que afectan a ciudadanos y turistas en la calle y, especialmente, a las tiendas comerciales en estas fechas de fin de año. Por eso se ha estructurado un plan de vigilancia especial, denominado Navidad, para intentar desarticular a las bandas que operan en la ciudad.

El turista que llega al aeropuerto de Praga y toma un bus para dirigirse al centro de la ciudad, puede escuchar un aviso, en checo e inglés, en el que le exhortan a tener sumo cuidado con los carteristas, que abundan. La mala fama de Praga ha traspasado fronteras y en un reciente estudio de la revista de viajes TripAdvisor, Praga ocupaba un vergonzoso noveno lugar entre las ciudades más peligrosas del mundo.

Bueno, las malas noticias no paran. Otro estudio, dado a conocer por un instituto británico que analiza el comportamiento de los consumidores, indica que en los 21 países de la Unión Europea estudiados, es en la República Checa donde más robos de poca monta se cometen.

Foto: Kristýna Maková
Y en estas fechas de fin de año, esas cifras se disparan. Tomáš Hulan, portavoz de la Policía de Praga, dice que hay que atacar este problema de frente, y para ello han creado la operación Navidad.

“En estas fechas intensificamos la vigilancia. De eso se trata la operación Navidad. En los centros comerciales ponemos agentes especiales, que tratan de detectar cualquier comportamiento sospechoso. Y también cuidamos los lugares donde los jubilados cobran su pensión, porque ellos son un blanco fácil para los carteristas”, sostiene.

Los ladrones y los carteristas roban, sobre todo, cosas de poco valor, para evitar condenas grandes y poder entrar y salir de las cárceles con facilidad. Pavla Kopecká, de la Policía Criminal Checa, lo explica.

“Los delincuentes son, en su mayoría, bastante inteligentes y roban solo bienes de hasta 200 euros, que es el límite, ya que después de eso el delito se convierte en un crimen. Y por eso, la gran mayoría de los casos se tratan solo como delitos. A veces ocurre también que los empleados de las tiendas afectadas se ponen de acuerdo con los delincuentes y éstos hacen como que compran, pero no les cobran y después se reparten la ganancia”, dice.

La Policía está preocupada también de los turistas, porque los carteristas se aprovechan de las grandes multitudes en los sitios más visitados de Praga, como la Plaza de la Ciudad Vieja o el Puente de Carlos, para actuar con total impunidad. Así que ya lo saben, si están de paso por Praga, tengan mucho cuidado con los carteristas.

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