Aero: Los fracasos alternan con los éxitos

L159 Alca

La empresa aeronáutica checa Aero Vodochody no capitula en su lucha por sobrevivir. Después de la salida de Boeing, otro inversionista estratégico, la empresa taiwanesa, AIDC, anuncia la decisión de abandonar la empresa checa. Pero, por otro lado, Aero logró cambiar el desfaborable contrato concertado con el fabricante estadounidense de helicópteros Sikorski.

A principios de octubre, el Gobierno negoció la salida de la compañía estadounidense Boeing, adquiriendo su participación en Aero por dos coronas simbólicas. Boeing, que hace seis años adquirió el 35 por ciento del capital de Aero, no cumplió su promesa de encontrar compradores extranjeros para uno de los productos claves de la aeronáutica checa - los aviones militares L-159. Hasta el presente, ha demandado aparatos L-159 únicamente el Ejército checo, y en la actualidad su producción está interrumpida.

Ahora entra en una situación difícil otro programa estratégico de la producción de Aero. La compañía AIDC, de Taiwán, piensa en abandonar el correspondiente proyecto para la fabricación de aviones civiles Ae270 Ibis. Los inversionistas taiwaneses dan como motivo que la certificación de este avión turbopropulsado monomotor se postergará como mínimo hasta el año 2005. Según los planes originales, el avión debería haber adquirido la certificación, tanto para Europa, como para los EE. UU., hace ya tres años.

El Ministerio de Industria y Comercio checo, que en la actualidad gestiona Aero y que antes de finales de octubre debe presentar un plan de reestructuración de la empresa, se siente perplejo. Aero tiene firmado contratos para la venta de 75 aviones Ae270 Ibis. Según los personeros de la empresa, estos aviones destinados a vuelos comerciales tienen un gran futuro. Afirman que Aero podría ganar el diez por ciento del mercado mundial.

Por otra parte, Aero logró cambiar el contrato desfavorable para el suministro de componentes para el fabricante estadounidense de helicópteros Sikorski. El contrato con Sikorski, firmado en 2000 para un plazo de siete años, fue prácticamente imposible de rescindir. El problema consistió en que el precio de los productos suministrados a la compañía estadounidense era inferior a los costos de su fabricación. Aero ha perdido en este negocio mil 600 millones de coronas, aproximadamente 52 millones de euros. Sin embargo, a partir del próximo año, los helicópetros Sikorski empezarán a proporcionar beneficios a Aero.

Otro mercado prometedor que posiblemente se abra ante Aero es el de Libia, indicó el vicepresidente de la empresa aeronáutica checa, Zdenek Stuchlík.

"Antes de la imposición del embargo sobre Libia, Aero suministraba a ese país aviones L-39 Albatros, pero también equipos para reparación, piezas de recambio y servicios. Después de la suspensión del embargo, Aero Vodochody tiene la posibilidad de restablecer sus contactos en el mercado libio", precisó Stuchlík.