Aleš Brichta, el roquero con alma country

Arakain

Aleš Brichta. Sin este nombre no podríamos imaginarlos la música rock de la República Checa. Durante décadas ha mantenido al público pendiente de su obra.

Pero no todo fue siempre rock en su andar por el mundo de la farándula. La música le caló muy fuerte desde su infancia. Sus primeros grandes ídolos fueron los grandes de la música country original, importada de EE.UU. con mucha dificultad, pues en aquellos años los comunistas decidían qué escucharía la nación.

Al igual que todos los jóvenes, los primeros ensayos de Brichta tuvieron lugar en garajes o en la casa de campo de algún amigo. Al llegar a la universidad su afición por el rock fue patente.

Empezó en grupos como Kentaur, Projektil y otros más, pero el gran giro se dio en 1982, ese año los seguidores del rock y de la música metal fueron testigos del surgimiento del grupo Arakain, algo completamente diferente a lo conocido hasta entonces.

En los años 80, el economista, músico y compositor Aleš Brichta se convirtió además en una especie de portavoz de los grupos de rock y de sus aficionados perseguidos muchas veces por el régimen totalitario.

La músicas de aquellos “mechudos” no era acorde con la política del Comité Central del Partido Comunista, porque no rendía pleitesía ni a la dictadura del proletariado ni a sus dirigentes.

Aleš Brichta y Arakain gozaban de gran popularidad, el régimen no soportó aquella “provocación” y les prohibió actuar en público. Brichta se las agenció y participó en festivales en Polonia, Hungría y hasta en Rusia, donde todavía no había rechazo por su música.

Ante la imposibilidad de tocar con su grupo, Aleš Brichta empezó a escribir letras de canciones para otros grupos de rock nacionales, tolerados por el régimen, y en más de una oportunidad apareció como huésped de éstos.

Terminada la pesadilla comunista en 1989, Aleš Brichta continuó con sus proyectos. Sin duda cabe destacar Hattrick, el roquero empezó a componer canciones con temas futbolísticos.

Surgió así la canción Dejen ondear las banderas (Nechte vlajky vlát) que tras una votación en la Radiodifusión checa se convirtió en el himno de la selección checa para el Campeonato Mundial de Futbol celebrado en Alemania en 2006.

Otro hito importante del 2006 fue la creación de Aleš Brichta Band, conocida como ABBAND, que desde entonces cosecha éxitos en el país. Pero eso no ha sido todo Brichta brilló como cantante en la versión checa del musical Jesucristo Superestrella.

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