El verano invita a tomar una cerveza en la terraza

Los días calurosos de verano invitan a sentarse en una terraza de un café o un restaurante, y tomar algo refrescante bajo la sombra de los árboles. En una agradable tarde veranera conversamos con varios ciudadanos de Praga, jóvenes y mayores, quienes compartieron con nosotros su experiencia sobre las terrazas.

En la República Checa, el verdadero verano, con temperaturas elevadas y días soleados, no es muy largo, así que la gente quiere aprovechar el período de buen tiempo al máximo. Cuando las temperaturas suben de modo que uno puede sentarse tranquilamente fuera en una terraza, muchos lo aprovechan. Caminando en el centro de Praga, encontramos muchos bares, cafés y restaurantes cuya terraza nos invita. Los checos también las llaman jardines.

Algunos de estos espacios son unas verdaderas joyas, situadas en patios internos, con plantas y árboles, un verdadero jardín. Sin embargo, está claro que en la mayoría de los casos se trata de terrazas en la calle, delante del local. De este modo son más visibles para los que pasan, pero tal vez no tan agradables para los que se paran para tomar una copa. Lenka, una joven de 32 años, nos dice que le gustan las terrazas.

"Pues está claro que mucha gente prefiere sentarse en la terraza, ya que está cansada de estar encerrada dentro de una oficina todo el día. Este local es mi preferido, está en una calle pequeña, así que no se siente el ruido del tráfico de Praga. Es muy agradable tomar una cerveza aquí".

Algunos de los bares, situados por ejemplo en parques, abren sólo durante los meses cálidos. Petr, de 27 años, es un aficionado a este tipo de locales.

"Pues aquí estamos en la sombra, es muy agradable. Mucha gente, incluidos mis amigos y yo, por supuesto, aprovechamos los días de calor para poder encontrarnos en el parque y para refrescarnos un poco".

Las terrazas son populares, es una manera agradable de encontrar amigos y vivir la atmósfera de las calles. No obstante, a veces no es fácil convivir con la actividad de un restaurante bajo nuestra casa. La señora Alzbeta, de 68 años de edad, diariamente experimenta las molestias que le ocasionan los clientes de un local situado debajo de su casa.

"Justo debajo de mis ventanas está una terraza grande de un restaurante. No me molesta en sí que esté allí la terraza, pero la cierran demasiado tarde. Viene mucha gente y hacen ruido hasta las tantas de la noche. Además en las últimas semanas viene un grupo de jóvenes y se divierten a su manera. Es falta de respeto hacia los vecinos. No debe extrañar que nos quejemos. No podemos tampoco abrir las ventanas, gritan tanto".

Para confirmar que no sólo los jóvenes optan por refrescarse al aire libre, preguntamos a Jana, una señora de 59 años. Nos contó que el verano le gusta sobre todo porque las calles se llenan de terrazas.

"Aunque ya soy mayor, a mí las terrazas me gustan mucho. Claro que yo prefiero un café o una pastelería. No suelo ir a bares ni tomar cerveza, pero todas las terrazas me parecen muy simpáticas. La calle se anima, no hay sólo coches, se mueve también la gente por allí. Me llena de alegría ver sitios de este tipo".

Hay muchos que aprovechan con gusto los bares o cafés al aire libre, pero a veces estos establecimientos traen también problemas. Todo tiene su lado positivo y su lado negativo. Esperemos que los aspectos positivos de las terrazas prevalezcan y todos puedan disfrutar de un relajamiento al aire libre.