Dardos es el "deporte" preferido en las cervecerías checas

Las cervecerías checas se han convertido en un campo de batalla entre dos "deportes": el billar y los dardos. Parece que del duelo están saliendo victoriosamente los dardos. ¿Por qué? Nos lo explican dos aficionados checos.

Elena juega a los dardos desde hace unos cuatro años, "desde que conocí a un grupo de personas, que los fines de semana prefiere salir que estar en casa y que cuando sale, no se limita sólo al consumo de cerveza, sino a divertirse también", explica Elena y precisa ¿qué le gusta en los dardos?

"Porque soy una persona competitiva y cuando voy a la cervecería con mis amigos, no me gusta solamente estar sentada y beber. Jugando a los dardos, nos divertimos mucho, charlamos, platicamos los chistes, son una grata manera de pasar el tiempo".

En la mayoría de las cervecerías checas hay un billar. ¿Por qué no éste?

"Porque los dardos son simples, no exigen ninguna habilidad extra. He probado el billar, pero es bastante difícil para mí. Además, es más bien un asunto masculino. En el caso de los dardos, uno se pone de pie y simplemente tira un dardo, nada difícil. Lo único que necesita, es saber estimar la distancia, con el paso del tiempo aprenderá también la fuerza del tiro".

Con sus amigos, ¿juegan para divertirse o también compiten?

"Depende de cuántos seamos y de la atmósfera. Cuando somos más, jugamos en grupos y cualquiera diría que nos jugamos la vida. Todos somos muy competitivos. A veces jugamos por pequeñas cantidades de dinero, pero lo principal es la emoción del juego, quién ganará, quién será el mejor".


Martin descubrió los dardos hace unos diez años, cuando estudiaba en la Universidad. "Primero jugábamos al billar en las cervecerías, pero luego nos atrajeron los dardos", señala Martin.

"Es un juego muy social y divertido, jugando a los dardos, se platica y se bebe mejor, el tiempo pasa más rápido. Me atrajeron tanto que después de varios años me compré unos dardos. Luego jugué a ellos incluso en casa con mi padre. Pero sobre todo los coloqué en mi habitación de la residencia estudiantil. Allí solíamos jugar, a veces, hasta amanecer".

Jugar a los dardos, ¿ha sido un modo de relajamiento para Vd.?

"Cierto, incluso antes de los exámenes, mis compañeros y yo nos reuníamos en mi habitación para jugar a los dardos y desechar el estrés. Jugando escuchábamos música, bebíamos y hacíamos competiciones que duraban largas horas".

¿Por qué premio han jugado?

"Prácticamente por el prestigio, quién va a ser el primero. No jugábamos por el dinero o por las botellas de alcohol".

¿Le duró mucho tiempo aprender a jugar a los dardos?

"No, es bastante fácil, lo único necesario es práctica, aprender a tirar. Pero una vez leí en un periódico una entrevista con un buen jugador de dardos checo, quien decía que el entrenamiento era el treinta por ciento del rendimiento, el setenta por ciento es la psíquica. Y es verdad, los dardos contribuyen al desarrollo de tu capacidad de concentración".

Y ustedes, estimados oyentes, ¿juegan a los dardos?