¿Creen los niños checos en cuentos de hadas?

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Todos nosotros, los adultos, recordamos con nostalgia la niñez, período de felicidad y juegos infantiles, cuando los padres nos acariciaban y nos enseñaban los primeros pasos y las primeras palabras. Con emoción recordamos a nuestras mamás que, antes de acostarnos, nos leían cuentos de hadas y nosotros creíamos firmemente en que las princesas, magos y otros personajes existían de verdad. Pero, ¿siguen creyendo los niños de hoy en cuentos de hadas? ¿Y cuáles son sus personajes preferidos?

"Si vas a molestar, te llevará un demonio", esto solían decir las mamás a sus hijos traviesos y en la mayoría de los casos esta amenaza convencía al niño de que valía la pena obedecer: ninguno quería correr el riesgo de terminar en el infierno o convertirse en preso de una bruja.

Natálie, de diez años, dice que su mamá nunca le amenazó con esto, pero que su papá sí que lo hizo una vez:

"Cuando regresamos de vacaciones, vimos desde nuestro coche una casita que se parecía a la casita de las torrejas de un cuento de hadas, en la que residía una bruja muy fea que comía niños. Y yo tuve que haber molestado mucho, porque mi papá me dijo que si seguía haciendo travesuras, me dejaría allí y yo debería vivir con la bruja. Esto me asustó tanto que no me atreví a chistar hasta llegar a casa".

Michaela, madre de cuatro hijos, sostiene que no les amenaza con los demonios por norma.

"No lo hacemos porque somos católicos practicantes y no queremos que el diablo sea para nuestros hijos un personaje de cuentos de hadas. Les educamos en que el diablo es una figura real".

¿Lee a tus hijos cuentos de hadas?

"Lo hace sobre todo mi marido, pero cuando me toca a mí, lee mi hija de siete años para practicar la lectura y yo controlo si lee bien y sin errores. Les gustan más los cuentos de hadas típicos checos, pero también los escritos por Hans Christian Andersen. Y los cuentos que prefieren mis hijas, son las sobre princesas encantadas rescatadas al final por príncipes guapos y valientes. Y claro que al escuchar los cuentos, los niños vibran de emoción, se ríen, lloran y siempre les llena de calma el hecho de que el mal esté castigado y el bien venza".

Michaela destaca que los cuentos de hadas contienen un fuerte mensaje moral y por ello opina que los padres deberían leérselos a sus hijos.

Honza, de diez años, dice que cuando era más pequeño, su abuela le solía leer cuentos de hadas y que su preferido fue uno sobre el príncipe Bajaja que rescató a una princesa secuestrada por un dragón. Honza afirma que siempre tenía miedo de los magos porque pensaba que podrían encantarle y convertirle en sapo.

A Kacenka le gustaba mucho Barbucha:

"Es un fantasma de un cuento de hadas, sin contornos nítidos que se parece a una nube de humo. A aunque muy feo, tiene un buen corazón porque en el cuento siempre ayudaba al oso Kubula y a su propietario, Kuba Kubikula".

Y ustedes, estimados oyentes, cuando eran pequeños, ¿creían en cuentos de hadas? ¿Y qué personajes les gustaban?