Las huellas de los vampiros en las Tierras Checas

El modelo del cráneo de 'Tobias', foto: ČT

Bienvenidos a nuestro nuevo espacio 'Leyendas Checas' en el que les contaremos los misterios y mitos que se relatan desde tiempos remotos en las Tierras Checas. Dedicamos la primera edición al mito de los vampiros cuyas huellas han sido descubiertas en varios lugares del país. En los siguientes minutos visitaremos sus curiosas sepulturas.

Petr Brestovanský y los restos de 'Tobias',  foto: ČT
El mito de los individuos que se mantienen con vida gracias a la sangre de otros seres vivos se popularizó en Europa en el siglo XVIII. La primera mención sobre su existencia en el territorio checo se remonta aún más lejos, al siglo XIV.

Tal vez no es extraño que la denominación vampiro sea presuntamente de origen eslavo, ya que en su territorio se han encontrado a lo largo de siglos numerosas tumbas de estos seres ansiosos de sangre.

Considerado como una criatura mítica podía ser cualquiera que de alguna forma despertara miedo entre los demás, no solamente por su carácter, sino también por su aspecto físico. Los defectos como dientes torcidos, verrugas, lunares demasiado marcados o las cejas unidas eran suficientes para tachar a sus portadores de vampiros.

Tobias, el vampiro más investigado de Chequia

El modelo del cráneo de 'Tobias',  foto: ČT
Al igual que los asesinos, los delincuentes o los suicidas, a estos individuos se los sepultaba de una manera particular. El hallazgo más reciente de un supuesto vampiro se dio en 2010 en el municipio de Hrádek nad Nisou, situado en el punto de tres fronteras, en Bohemia del Norte.

El arqueólogo Petr Brestovanský explica qué peculiaridades le hicieron deducir que el difunto podía haber sido visto en los ojos de aquella sociedad como un vampiro.

“Creo que un arqueólogo encuentra un hallazgo como este solamente una vez en la vida, en una de cada mil tumbas. Lo peculiar fue que encontramos el esqueleto enterrado fuera del cementerio, tan solo un metro detrás de la valla. Además, se hallaba solamente unos 25 centímetros bajo tierra y en postura bocabajo”.

Esta manera de enterramiento rompía absolutamente con la tradición cristiana, y además los miembros del esqueleto estaban sujetos con piedras. Esta precaución se tomaba en la Edad Media para que en caso de resurrección los enterrados no se escaparan de sus tumbas.

Petr Brestovanský,  foto: ČT24
Otra particularidad la representaban las monedas halladas cerca de la mano del esqueleto. Gracias a ellas y las posteriores investigaciones antropológicas se logró determinar que el hombre murió, o fue asesinado, en el siglo XIV, durante el reinado de Juan de Luxemburgo. Sin embargo, en aquella época no era habitual introducir dinero en los sepulcros. Petr Brestovanský introduce una teoría que podría explicar este hecho.

“La persona podía sufrir una discapacidad física. Con su altura de 170 centímetros, muy superior a la media de aquellos tiempos, y un bulto en la columna, podía despertar miedo entre la gente, y por tanto ser marginada. Las monedas podían representar una compensación por esa actitud de la sociedad”.

Otra hipótesis sostiene que el difunto era un falsificador de monedas, que fue enterrado con su desliz.

De todas maneras, el vampiro de Hrádek nad Nisou se ha convertido en el esqueleto más estudiado de la historia del país. Las minucioas pruebas de ADN incluso han llegado a localizar a uno de sus descendientes, que actualmente vive en Albania. Su apellido dio nombre al esqueleto del vampiro de Hrádek y actualmente se le conoce como Tobias.

El mayor cementerio antivampiros se halla cerca de Praga

Jaroslav Špaček,  foto: Archivo de J.Š.
El mayor hallazgo de un cementerio con posibles vampiros en el territorio checo se dio en 1966 en el municipio de Čelákovice, situado cerca de la capital checa. Los arqueólogos desenterraron en un jardín privado en total 14 cadáveres con evidentes intervenciones antivampíricas, afirma el arqueólogo Jaroslav Špaček.

“Se hallaban en unas posturas inusuales, bocabajo o laterales. Algunos estaban decapitados o con las piernas atadas o amputadas. Probablemene se trataba de unos individuos marcados como peligrosos para la sociedad. Es decir, se creía que tras su muerte volverían al mundo y dañarían las propiedades y las vidas de la gente”.

Las investigaciones antropólogicas revelaron que los individuos, de proporciones robustas, antes de estar sepultados no sufrían ningunos problemas de salud. Según las investigaciones más recientes, se trata de tumbas de personas ejecutadas en la tardía Edad Media.

La condesa vampiresa de Český Krumlov

Las excavaciones en la ciudad histórica de Český Krumlov, en Bohemia del Sur, sacaron a la luz tres esqueletos sepultados en condiciones propias de un ritual antivampírico.

El castillo de Český Krumlov,  foto:  Martin Vavřík,  free domain
La minuciosa investigación llevó a los antropólogos al personaje de la condesa Eleonora von Schwanzenberg, que habitaba el castillo de Český Krumlov en el siglo XVII.

Su pasión por la caza y la cría de lobos, animales considerados vampiros reencarnados, la puso pronto bajo la sospecha. Aún más desconfianza despertaba su afición al consumo de leche de lobo, que debía favorecer la fertilidad, pero según algunos la iba convirtiendo en vampiresa.

Tras el fallecimiento de su marido, la salud de la condesa se fue deteriorando. Después de su muerte, los médicos le extrajeron el corazón, quizás para impedir su resurrección. El hecho de que la familia de Eleonora se distanciara de ella lo muestra que en su losa sepulcral no aparezca ni su apellido ni el escudo familiar.