La época dorada de los prostíbulos en las Tierras Checas

Fuente: public domain

A finales del siglo XIX, la práctica del oficio “más antiguo del mundo”, la prostitución, registró uno de los mayores auges en las Tierras Checas. En esta edición de 'Legados del Pasado' conoceremos a qué restricciones tenían que enfrentarse las meretrices a lo largo del tiempo y revelaremos cuáles barrios de la capital checa eran los focos de vicio más importantes.

La emperatriz María Teresa
El Código Penal de la Monarquía de los Habsurgo, bajo cuyo reinado se encontraban a partir del siglo XVI las Tierras Checas, definía la prostitución como un adulterio y un negocio con el cuerpo, no reglamentario.

La emperatriz María Teresa estableció en 1774 la Comisión de Castidad, un órgano de control, encargado de aprehender a las prostitutas y a sus clientes 'in fraganti'. Interrogaciones, azotes pero también rasuramiento del cabello eran algunos de los castigos impuestos por practicar sexo a cambio de bienes.

El hijo de la emperatriz, José II, tomó durante su reinado una actitud más indulgente hacia este oficio. A no ser que su práctica pusiera en peligro la moral de los jóvenes o se llegase a demostrar casos de transmisión de enfermedades veréneas, las prostitutas a menudo salían sin penalización.

Emperador José II
Al igual que en grandes ciudades europeas, a finales del siglo XIX también en Praga se observaba un elevado apogeo del comercio carnal, según afirmó para la Televisión Checa la periodista y escritora Alena Wagnerová.

“Entonces se hablaba de Londres, París, pero también de Viena y Praga. En la capital checa la prostitución llegó a estar enormemente extendida. Había tantos prostíbulos que hoy día ni siquiera nos lo podemos imaginar. Cualquier joven que pasaba por la Ciudad Vieja de Praga o por el barrio de Malá Strana podía encontrar una casa de estas casi en cada metro cuadrado, así como publicidad de los servicios de prostitutas”.

Con un desarrollo de la prostitución cada vez mayor, que iba de la mano de la extensión de enfermedades, las autoridades empezaron a decretar una serie de reglamentaciones como la prohibición de vestir ropa demasiado provocativa y del uso de gestos o exclamaciones incitantes. Esto, sin embargo, no dejó a las prostitutas sin pan, según afirma Vágnerová.

Alena Wagnerová,  foto: archivo de Radio Praga
“En algunos restaurantes los camareros repartían tarjetas de visita y existían anuncios, que eran a menudo bastante lascivos. También existía prostitución no reglamentada en la calle. Las chicas estaban en los parques municipales, en la estación central de trenes, en la Plaza de la Ciudad Vieja y otros lugares. Un fenómeno por sí mismo lo representaban las caseras. Mientras que algunas protegían mucho la moral de sus inquilinos, otras les alquilaban sus pisos precisamente con cierto motivo, y también les recomendaban a dónde dirigirse para recibir el servicio”.

Desde 1866 a cinco décadas más adelante, el número de prostíbulos en la capital checa llegó a crecer hasta diez veces. Tras el nacimiento de la Primera República Checoslovaca, Praga contó con más de tres centenares de mancebías.

A grandes ciudades a por más dinero

El auge de la prostitución está estrechamente vinculado con el desarrollo de las grandes ciudades, que coincide con la época de 'fin de siécle', según afirma el crítico literario Radim Kopáč.

Radim Kopáč,  foto: archivo de Radio Praga
“Antes, la prostitución era un fenómeno más bien del campo. Allí había prostitutas peregrinas que tenían que recorrer unas distancias bastante largas para llegar a sus clientes. Tras el desarrollo de las grandes ciudades las prostitutas se dirigían allí, ya que fue donde había dinero y muchos clientes. Además, la vida en las ciudades era anónima.”

En aquella época, las ganancias medias de las prostitutas podían superar hasta dos veces el sueldo de un funcionario.

Los municipios también especificaban la ubicación de los prostíbulos. Al igual que las casas de verdugos y sepultuderos, las mancebías también se vieron obligadas a trasladarse cerca de las murallas. Pero tampoco demasiado lejos del centro de la ciudad. Esta regulación tuvo que ver con el fenómeno de la higiene pública, según comenta Milena Lenderová, historiadora de la Universidad de Pardubice.

Milena Lenderová,  foto: Jan Ptáček
“Se realizaba la sanación de ciudades en el marco de la lucha contra la viruela. Durante el gobernado del emperador José II, se inició la temporada de una gran higiene pública, que incluía construcciones de canalización e instalaciones de conductos de agua”.

Pese a que en aquella época ya existían preservativos, fabricados con tripas de oveja, el número de personas enfermas subía bruscamente. Según algunas fuentes de la época, uno de cada cuatro hombres padecía sífilis, entonces denominada como la enfermedad francesa. Así es que las prostitutas se vieron obligadas a someterse a revisiones médicas dos veces al mes y tener una libreta con datos detallados sobre su estado de salud.

De la Ciudad Vieja a barrios de Žižkov y Karlín

El prostíbulo de la calle Ve smečkách en Praga,  foto: Kristýna Maková
Las reconstrucciones y derrumbes de casas, producidas en el marco del saneamiento de la capital checa, causaron el traslado de numerosos prostíbulos praguenses de la Ciudad Vieja y el Barrio Judío a distritos de Žižkov, Karlín y Smíchov. En sus calles coincidían los locales más pobres con los más prestigiosos.

“Algunos locales mediocres a parte de servir como tasca, disponían de una parte trasera con lechos de tablas donde ofrecían sus servicios las mujeres más miserables. Justo al lado se encontraban locales de lujo, cuyos dueños daban gran importancia a la educación de sus empleadas. Algunas pesonas consideraban a las chicas esclavas 'encadenadas' por sus dueños, pero yo no diría que siempre era así, ya que muchas encontraban en las mancebías un trasfondo social, que antes no tenían, y se las cuidaba muy bien”.

Las prostitutas – profesoras del amor

Otto von Bismarck,  fuente: public domain
Cuatro años tras el nacimiento de la primera República Checoslovaca, en 1922, se aprobó la primera Ley sobre la Abolición de la Prostitución. El número de enfermos iba disparándose proporcionalmente con el incremento de la demanda de los servicios de prostitutas. A diferencia de las mujeres, de los hombres se esperaba cierta experiencia sexual al contraer matrimonio y muchos la buscaban precisamente en el seno de estas mujeres, dice Lenderová.

“ En 1924, un médico realizó una encuesta entre los estudiantes de un instituto sobre sus experiencias sexuales. En caso de tener alguna, fue con una prostituta. Con la más barata de la calle”.

En vez de arrasar con la prostitución, La Ley de la Abolición dio lugar al nacimiento de cabarés y otro tipo de negocios, que además de servicios del “oficio más antiguo del mundo” ofrecían también programas de diversión.

Franz Kafka,  foto: public domain
Uno de los prostíbulos más lujosos se encontraba en la calle Kamzíkova, en la Ciudad Vieja de Praga. Puesto que el nombre de la calle se refiere a la gamuza, los clientes solían decir que se dirígan allí para cazar estos animales. Uno de sus clientes fue también el canciller alemán, Otto von Bismarck.Según se dice, en una sola noche estuvo con seis chicas.

Otro de los frecuentes visitantes de los prostíbulos era también el escritor Franz Kafka, aunque su relación con el acto sexual fue más bien ambivalente, sostiene Wagnerová.

“Kafka distinguía la belleza, lo erótico, y el acto mismo, que ya fue para él un infierno de la noche. Y nunca había llegado a igualarse con ello. Creo que Kafka refleja la sexualidad con un doble aspecto. Lo bello, que vivía con su esposa María, y lo otro, de lo que se ocupa otro tipo de mujeres”.

Ejercer la prostitución atraía por su facilidad

En el marco de la Ley de la Abolición de la Prostitución se ordenó también destruir toda la documentación relativa a las prostitutas. No todas las ciudades obedecieron este mandato, por lo cual se han conservado interesantes datos, según indica Lenderová.

Fuente: public domain
“Por ejemplo, en la ciudad de České Budějovice se han conservado algunas libretas de salud y en la ciudad de Klatovy incluso protócolos de interrogatorios policíacos. De ellos se desprende que las chicas se movían mucho. Se puede decir que los otoños los pasaban en České Budějovice, la primavera en Viena y luego estaban en Praga o en Dresde, en Alemania”.

Los protocolos policíacos revelaron los motivos que llevaban a las chicas a optar por la carrera de prostituta.

“Disponemos de 443 testimonios y en 62 de ellos se evidencia que este oficio las atraía por su facilidad. La necesidad económica figuraba en declaración de unas 50 mujeres y cerca de 16 mujeres indicaron que fueron convencidas a dedicarse a este oficio por alguna persona, de lo que probablemente fueron responsables las alcahuetas, indicó Lenderová”.

Otra interesante época de la prostitución surgió tras el año 1948, con la llegada del régimen comunista. Según sus representantes, en los países socialistas este tipo de práctica no existía y esta 'inexistencia' será el tema de una de las próximas ediciones de 'Legados del Pasado'.